Niños y niñas que han perdido el cuidado de sus padres o están en riesgo de perderlo… suena a épocas anteriores, en teoría superadas, pero, aunque parece difícil de entender, es una triste realidad. En España. En el primer mundo. Cerca de cumplir el primer cuarto del siglo XXI buena parte de la población más vulnerable en el país, el infantil,se encuentra lejos de tener una situación idónea para afrontar su futuro.
Ningún niño nace para crecer solo. Todos los niños y niñas tienen el derecho de vivir y crecer en familiaY es que son cada vez más los niños que carecen de los derechos más fundamentales, el primero de ellos, el de crecer en un entorno estable, en una familia. El próximo 20 de noviembre es el Día Universal de los Derechos de los Niños, una jornada que debe servir para concienciar y sensibilizar a la sociedad de la situación en la que se encuentran miles de niños en nuestro país. La premisa es tan básica como contundente: “Ningún niño nace para crecer solo. Todos los niños y niñas tienen el derecho de vivir y crecer en familia.”, afirma Aldeas Infantiles SOS, que hace una radiografía de la situación de cómo viven muchos niños en España.
Foto de Aldeas Infantiles SOS.
Así, 1 de cada 3 niños y niñas en España está en riesgo de pobreza, nada menos que un 33% del total. En España hay 49.985 niños y niñas que crecen privados del cuidado parental, una cifra que crece año tras año. Están tutelados por las Comunidades Autónomas y viven en acogimiento residencial o familiar. Además, España es el segundo país de la UE con mayor tasa de abandono escolar. Cada año que pasa crece la cifra de menores tutelados. Más de 50 niños al día sufren maltrato en el ámbito familiar y más de 300.000 niños podrían perder el cuidado de los padres. Son cifras dramáticas que hay que paliar con urgencia.
Las soluciones actuales no propician el necesario cambio de tendencia, ya que solo 1,4% del PIB del país se dedica a la infancia. En España, la prestación por hijo a cargo es la más baja de Europa.
Estos son algunos de los datos del informe "El derecho a crecer en familia. La necesaria transformación del sistema de protección a la infancia en España" desarrollado por Aldeas Infantiles SOS.
HACE FALTA AYUDA
Las crisis afectan a todos los sectores de la población, pero se ceban con mayor incidencia con los más frágiles. Cualquier día del año debe ser el Día de los Derechos de los Niños. La Asamblea General de Naciones Unidas señaló en 2019 que los niños y niñas sin cuidado parental o en riesgo de perderlo son de especial vulnerabilidad y hace un llamamiento a los Estados para tomar las medidas necesarias que aseguren su protección. De esta manera, la prevención y el fortalecimiento de las familias biológicas es clave para evitar acogimientos innecesarios y favorecer la reintegración familiar una vez el niño ha sido separado de sus padres.
“Todos los niños y niñas del mundo tienen sus propios derechos, sin embargo, en pleno siglo XXI, se siguen vulnerando”, afirma Aldeas Infantiles SOS, una entidad que trabaja por y para la infancia vulnerable. “Procuramos hacer valer sus derechos a través de nuestros Programas de Prevención, Protección a la Infancia y Apoyo a la Autonomía para Jóvenes”, señalan.
Foto de Aldeas Infantiles SOS.
Aldeas Infantiles SOS lleva más de 70 años ofreciendo “un cuidado de calidad” a los niños y niñas que están privados del cuidado parental o en riesgo de estarlo. “Nuestra experiencia pone de manifiesto que cuando estos no pueden crecer con sus padres, un cuidado alternativo de calidad, unido a políticas de fortalecimiento familiar, puede ayudarlos a redirigir sus vidas y a romper el ciclo intergeneracional de separación y abandono. Por eso, queremos poner nuestra experiencia en el cuidado a la infancia al servicio del Estado para contribuir a la ineludible implementación de la Resolución y las Directrices”.
Ahora que se acerca esta fecha señalada en el calendario, es momento para llamar a la concienciación de un problema crucial que necesita de la ayuda de toda la sociedad para poder superarlo y a una situación a la que no podemos, ni debemos, desviar la mirada.
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