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Sociedad

La menor a la que su padre mató a su madre: "Solo pido que pase toda su vida en la cárcel"

La mayor de las niñas relató a la psicóloga los violentos episodios que vivió junto a su padre, quien a diario golpeaba a su madre y a ella con un cinturón

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  • Sala de la Audiencia Provincial de Madrid. -

Un acusado de matar a puñaladas a su pareja delante de sus dos hijas ha lamentado en el juicio el crimen machista ocurrido el 17 de septiembre de 2019, un asesinato que se cometió después de que el hombre estuviera consumiendo alcohol durante horas el mismo día que había acudido a un centro de ayuda para superar sus graves problemas con el alcoholismo.

"Ni en una ni en mil vidas podría reparar el daño que he hecho a mis hijas. Fallé a mis hijas y a mi familia. Debería estar muerto yo y no ella porque solo trató de ayudarme en mi adicción", ha manifestado Francisco G. M. entre sollozos.

El asesino confeso se enfrenta a una petición fiscal de 32 años de cárcel por delitos de asesinato, amenazas, violencia física o psíquica habitual y maltrato en el ámbito familiar. Pese a que el hombre niega los episodios de maltrato, sus dos hijas relataron en la exploración judicial cómo la agredía a diario cuando llegaba "borracho" a casa y cómo la quiso matar en varias ocasiones.

La víctima, de origen paraguayo, tenía 31 años. La pareja tenía dos hijas pequeñas, de 10 y 12 años. El asesinato se produjo en el portal de su casa, ubicada en el número 15 de la calle de Juan Pascual en el distrito de Ciudad Lineal. Una de las niñas llamó al 112.

Las pequeñas no han declarado en el juicio para evitar el trauma que supondría, lo que se conoce como doble victimización. En instrucción, la exploración de las menores quedó como prueba preconstituida de cara a la vista oral, una grabación que ha sido reproducida en la sala.

La mayor de las niñas relató a la psicóloga los violentos episodios que vivió junto a su padre, quien a diario golpeaba a su madre y a ella con un cinturón.

"Mi madre le echaba de casa y se iba a beber con sus amigos. Venía borracho a casa y se ponía a pegarme. Me daba con el cinturón. Lo doblaba y me pegaba en brazos y piernas. A mi madre la pegaba a diario", narró la menor.

Entonces relató con detalle muchos momentos violentos como cuando solía empujar a su madre contra la cama o cuando la golpeaba con la puerta en la cabeza. "Siempre la quiso matar", dijo.

También contó que en una ocasión echó varias pastillas en el café de su madre para provocarla un aborto del bebé que esperaba, algo que finalmente se produjo.

La pequeña narró cómo se produjo el crimen y cómo las amenazó con matarlas si no subían a casa. "Tenía las manos llenas de sangre y se las restregaba en la cara y en las paredes. No me imaginaba un mundo sin ella pero no pudo sobrevivir. Solo pido que pase toda su vida en la cárcel porque le tenemos miedo", comentó.

La niña pequeña contó que el mismo día del crimen, mandó antes una foto a su madre en la que se veía a su padre en mal estado. "Cuando iba bebido era capaz de matar a mi madre. Lo mandé para que tuviera cuidado. Mi madre nos decía que papa sabía que lo que más le dolía a ella era hacerla daño a través de nosotras. Nos amenazaba con matarnos", relató.

ARREPENTIDO

En su declaración, el hombre se ha mostrado compungido, desolado y arrepentido. Al inicio del interrogatorio, ha negado los episodios violentos que protagonizó para someter a su pareja y que han sido descritos por el fiscal, indicando que no recuerda ni haberla maltratado ni insultado.

Según su relato, tenía graves problemas con el alcohol desde los 10 años, una adicción que le llevaba a continuas discusiones con su pareja sentimental. Poco antes de los hechos, la mujer le dio un ultimátum para que acudiera a un profesional.

El día del crimen, acudió a primera hora de la mañana, sobre las 9.00 horas, a un centro de ayuda a la drogadicción pero se marchó al sentirse con ansiedad y agobiado. Estuvo horas bebiendo ron y cervezas. Llamó a la víctima desde una cabina y ésta le reprochó que hubiera roto su promesa.

"Me dijo que no podía seguir así. Yo estaba de acuerdo con que la separación era lo mejor. Ella estaba trabajando y la esperé en el portal de casa para ir a recoger mis cosas", ha relatado.

Lo último que asegura recordar del crimen es estar sentado junto a la víctima tapándole una herida. Tampoco recuerda cómo llego el cuchillo a sus manos y si sus hijas vieron la terrible escena. Ante la Policía, manifestó que fue él quien le arrebató a la mujer el arma homicida.

"CADA DÍA VIVO ANCLADO EN ESE DÍA"

"No quiero excusarme detrás de esta adicción porque sería aún más cobarde. Debería estar yo muerto porque ella solo trató de ayudarme. Cada día vivo anclado en ese día intentando recordar", ha dicho.

Tras ingresar en prisión, Francisco G. M. ha estado bajo tratamiento psiquiátrico por sus ganas de quitarse la vida. "Solo me queda lamentarme porque no puedo hacer nada por enmendar ese error", ha lamentado.

En la fase testifical, una vecina ha relatado que cuando salió a pasear a su perro vio la silueta del acusado apuñalando a una mujer. "Se veía un río de sangre cayendo por las escalerillas que dan a la calle. Se sentó en el portal y nos dijo que llamáramos a la Policía porque había matado a la mujer", ha relatado.

Además, ha dicho que no tenía síntomas de haber bebido. También ha recordado que una de las niñas estaba gritando por una ventana que "por favor no dejaran que su padre hiciera daño a su madre".

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