La Consejería de Salud y Familias se suma a la celebración del Día Internacional contra el Cambio Climático, una efeméride que pretende sensibilizar sobre su impacto en el planeta debido a que la contaminación generada por las actividades humanas acelera el proceso de cambio climático y con ello, su repercusión para la salud.
Según ha explicado la Consejería en un comunicado, uno de los efectos más directamente relacionados con el cambio climático son las altas temperaturas. En los meses de junio a septiembre, Salud y Familias a través de la Dirección General de Salud Pública y Ordenación Farmacéutica y en coordinación con el Servicio Andaluz de Salud (SAS), activa cada año el Plan de Prevención de las Altas Temperaturas. Con este programa, la Junta de Andalucía trata de minimizar los efectos del calor sobre la salud de la población, con especial atención a los colectivos más vulnerables.
La Consejería ha informado que, con los datos que ofrece la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) todos los días, la Consejería de Salud y Familias determina, cada verano, la previsión de las temperaturas máximas y mínimas para los cinco días siguientes, de forma que definen los niveles de alerta en cada provincia, que son amarillo (si los umbrales máximos y mínimos se van a superar uno o dos días), naranja (si se van a sobrepasar en tres o cuatro días) o rojo (si las altas temperaturas se prevén para cinco días).
Entre el 1 de junio y el 15 de septiembre de 2021, se activaron un total 57 alertas por temperaturas extremas: 18 de nivel 1 (amarillo), 11 de nivel 2 (naranja) y 28 de nivel 3 (rojo). Las alertas afectaron a cinco de las ocho provincias, principalmente a Granada y Jaén (con 20 y 26 días con activación de alerta respectivamente), sumando el 80,7% del total de alertas.
Como viene ocurriendo desde 2015, en este verano pasado estas dos provincias acumularon un porcentaje de alertas por altas temperaturas muy superior al resto, mientras que Almería y Málaga llevan desde 2016 sin activar ninguna alerta por temperaturas extremas.
En el Plan contra el calor es importante la labor que realiza la Atención Primaria, porque ofrece información a la población general, identifica a los pacientes de riesgo para su inclusión en el plan de seguimiento telefónico de Salud Responde, intensifica las visitas domiciliarias de las enfermeras de enlace y de familia y los talleres de formación a profesionales de los centros residenciales.
Así, la Administración ha señalado que los servicios de urgencias de atención primaria, incluyendo Centros de Salud, Dispositivos de Cuidados Críticos y Urgencias (DCCU) y otras asistencias extrahospitalarias, atendieron un total de 1.751.076 urgencias en 2021, de las que 269 se diagnosticaron como golpe de calor y otras 223 como otras patologías relacionadas con el calor (agotamiento por calor, síncope por calor, fatiga por calor, etc.). En el seguimiento se incluyeron 12.317 pacientes vulnerables hasta el 15 de septiembre y se realizaron 20.060 llamadas telefónicas desde Salud Responde.
La ciudadanía, durante el periodo de activación del plan, pudo obtener información y consejos para prevenir los efectos del alza del termómetro a través de diversas vías, como la aplicación de Salud Responde, el servicio 'Ventana Abierta a la Familia', que funciona mediante el envío de mensajes vía SMS y correo electrónico (también por Salud Responde) y la web 'Verano 2021: Cuida tu salud'.
PROTECCIÓN DE LA SALUD FRENTE A LOS RIESGOS AMBIENTALES
Además de los impactos sobre las temperaturas, la Consejería ha informado que el cambio climático tiene otros efectos directos e indirectos sobre la gravedad y extensión de los riesgos ambientales, los cuales deben ser analizados e integrados en los programas que se desarrollan por la Consejería de Salud y Familias.
Ha detallado que hay que tener especialmente en cuenta que, a pesar de que el cambio climático sea un fenómeno global, diversos estudios identifican a la región mediterránea como una zona especialmente vulnerable a sus efectos (Impactos del Cambio climático en la Salud. 2013. Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad).
En febrero de 2021, se emitió a petición de la Secretaría General de Medio Ambiente, Agua y Cambio Climático de la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible, el informe de Evaluación de impacto en Salud del Plan Andaluz de Acción por el Clima.
Ha resaltado que en él se ponen de manifiesto la necesidad de prevenir los efectos en salud que pueden venir asociados a la pérdida de calidad del agua y del aire o a la modificación y pérdida de ecosistemas, actuaciones que son encomendadas al Servicio de Salud Ambiental de la Dirección General de Salud Pública y Ordenación Farmacéutica.
El Consejo de Gobierno el día 13 de octubre, finalmente ha aprobado el Plan Andaluz de Acción por el Clima (PAAC), elaborado por la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible, con el objetivo de fomentar iniciativas que permitan a la comunidad autónoma adaptarse y hacer frente al cambio climático y sus consecuencias sobre el territorio y la sociedad. De esta forma, Andalucía se posiciona como la primera comunidad española en aprobar una planificación acorde con la nueva Ley estatal de cambio climático."
Ha relatado que la pérdida de calidad del agua surge como consecuencia de inundaciones, lluvias torrenciales y sequía, repercute en los cultivos y puede generar contaminación de alimentos y agua de consumo. Además de tener consecuencias en sectores económicos como el turismo o el empleo, puede suponer un aumento de enfermedades transmitidas por el agua.
El Programa de Control Sanitario de las Aguas de Consumo, que se ocupa de verificar que el agua de nuestros hogares sea apta para el consumo, así como el control de las aguas recreativas, para que el baño en piscinas o en playas sea seguro son así programas que deben tener en cuenta las nuevas condiciones climatológicas de nuestra comunidad.
La Administración ha señalado que la pérdida de calidad del aire, que surge como consecuencia del aumento de incendios, de fenómenos anticiclónicos que reducen la dispersión de contaminantes, el aumento de los niveles de O3, o incluso del aumento del fenómeno de intrusión sahariana, puede suponer un aumento de enfermedades respiratorias, cardiovasculares y alérgicas.
Por ello, los riesgos asociados a la contaminación del aire deben ser minimizados a través de controles en los puntos concretos de emisiones, y también mediante la participación, por parte de Salud y Familias, en los planes de calidad del aire que lidera en la comunidad autónoma la Consejería con competencias en medio ambiente.
Más conocida aún es la posibilidad de aparición de nuevas enfermedades transmisibles como consecuencia, por un lado, del aumento de la temperatura que favorece la aparición de vectores transmisores de enfermedades, como la fiebre del Nilo occidental, el dengue, o la malaria, entre otros; y por otro, provocadas por la pérdida de ecosistemas y el acercamiento de la población a determinados animales.
En este ámbito, ha destacado la Estrategia para el Control de Vectores de Transmisión de Enfermedades, cuyo ejemplo más importante es la implantación para este año del control de mosquitos que pueden transmitir el virus del Nilo Occidental y el Programa de Control de Productos Químicos, como por ejemplo los viricidas, limpiadores y las sustancias desinfectantes.
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