Evidentemente nadie desea sufrir un accidente de tráfico por leve que pueda ser. Más allá del susto con el que te quedas en el cuerpo, es un proceso tedioso el tener que pasar por un tratamiento rehabilitador, el papeleo que conllevan los trámites del seguro, abordar las reparaciones en el taller o incluso perder durante un tiempo la autonomía que otorga un vehículo ya que este no está apto para circular.
Más allá de estas casuísticas, que las hay de todo tipo, una de las particularidades que a más gente preocupa es cómo se debe rellenar o qué deben hacer a la hora de iniciar el parte que remitir al seguro para más adelante solicitar esa indemnización por accidente de tráfico. ¿Verdaderamente se tiene claro qué pasos se han de seguir tras vivir un episodio como este?
Se tiende a pensar que hay cosas en la vida que se aprenden según suceden y con los accidentes de tráfico y los trámites posteriores pasa un poco eso. Sin dudar de la certeza o no de este pensamiento, tampoco se puede desmerecer la importancia del trabajo preventivo y lo positivo que puede resultar estar preparado para cuando lleguen determinadas situaciones, aunque sea solo por si acaso suceden.
El consejo de un especialista
Con el afán de conocer mejor estos detalles y tener claro qué hacer tras tener un golpe con el coche o la moto, el abogado especialista en responsabilidad civil y derecho de seguros, Juan Torroba, explica una serie de premisas que conviene conocer. Para él lo más importante inmediatamente después de haber sufrido un accidente de tráfico está relacionado con “probar la ocurrencia del siniestro, la responsabilidad y las lesiones derivadas del mismo”.
En cuanto a lo primero, el accidente, “es muy importante confeccionar adecuadamente la declaración amistosa y no firmar la misma si no se está de acuerdo con algún dato que figure en ella”. ¿Y qué pasa si existen versiones contradictorias? “En este caso, identificar a algún testigo y llamar a la Policía local o Guardia Civil (en función del lugar del accidente) para que realice un atestado en el que se recogerán las versiones y circunstancias del siniestro”.
En lo relativo a las lesiones, Juan Torroba apunta que “es fundamental acudir a urgencias y recabar informes médicos que pongan de manifiesto las lesiones sufridas dentro de las 72 horas siguientes al accidente”. Además, también puede ser interesante “realizar fotografías de posibles heridas o daños materiales, como son la rotura de un teléfono móvil o un casco de moto, ropa rasgada, etc.”. En definitiva, concluye, “se trata de asegurar la prueba que en el futuro nos puede hacer falta si se decide reclamar ya que, de lo contrario, se puede frustrar la indemnización a la que se tendría derecho”.
¿Qué datos se deben incluir?
Puesto que a menudo los especialistas como él se encuentran “con partes amistosos incompletos o erróneos”, Juan Torroba recalca que “realmente es un documento cuya confección no es obligatoria ni forzosamente necesaria siempre que los implicados hayan dado parte a la aseguradora sin contradicción entre sus versiones”. Lo más importante es no firmar nunca una declaración amistosa con la que no se está de acuerdo.
En cualquier caso, lo que sí es, es “un documento que puede facilitar mucho la acreditación de las circunstancias del siniestro, por ello los datos esenciales a la hora de confeccionarlo son los siguientes: lugar y fecha del siniestro, matrícula de los vehículos implicados, nombre de los conductores, culpabilidad y firma”.
Por último, otra duda habitual suele ser cuándo puede ser recomendable acudir o no a un especialista legal para este tipo de situaciones. A este respecto, Juan Torroba afirma que “suele ser imprescindible siempre y cuando el lesionado pretenda la reparación íntegra del daño sufrido”. Al final, no hay que olvidar que las entidades aseguradoras son empresas y que el balance anual de estas viene determinado por los ingresos menos los gastos.
Esto quiere decir, continúa, “que las indemnizaciones a satisfacer son el gasto más fácilmente minimizable dentro de sus costes de explotación, máxime si en el caso contrario se encuentran con una persona que carece de conocimientos específicos a la hora de determinar si su indemnización se ajusta o no al daño sufrido”. Además, un abogado con experiencia te podrá ayudar a la hora de valorar las lesiones sufridas y estimar el daño personal causado a raíz del accidente.
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