En un mes de octubre con temperaturas más propias de mayo, Córdoba luce resplandeciente. La pandemia ha dado una importante tregua en las últimas semanas y en pleno puente del Pilar se nota que la relajación de aforos y la eliminación de restricciones ha hecho que el turismo nacional e internacional se acuerde de la ciudad con cuatro títulos de Patrimonio de la Humanidad.
Cualquiera de los cuatro calles que rodea al Patio de los Naranjos de la Mezquita – Catedral estaba animada, al igual que el interior para acceder a ver el monumento más significativo de la ciudad cordobesa. En el interior de los recintos las mascarillas siguen acaparando el mismo protagonismo que al aire libre pero por todo lo contrario, ya que cada vez son menos los que las llevan tapando nariz y boca.
Son muchos las personas que quieren conocer las bondades de Córdoba aprovechando estos cuatro días festivos. La mezcla de culturas y religiones que atesora la Mezquita – Catedral deslumbra sobre todo a las personas que llegan procedentes de otros puntos de Andalucía e incluso de España. Pero lo que empieza también a verse, aunque con cuentagotas, es el turismo internacional. Franceses, italianos, alemanes y norteamericanos empiezan a elegir Córdoba como destino. Unos con más suerte por ver monumentos y espacios y otros no tanta. Porque lo de pedir cita previa de momento ha venido para quedarse.
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