La ministra alemana de Defensa, Annegret Kramp-Karrenbauer, y su colega de Economía, Peter Altmaier, ambos de la Unión Cristianodemócrata (CDU), han renunciado a ocupar un escaño en el nuevo Parlamento para favorecer con ello la renovación generacional.
"La CDU debe mirar al futuro. Y nuestra contribución consiste en renunciar a nuestro escaño", escribió Kramp-Karrenbauer en Twitter, tras comunicar ambos su decisión a la dirección de la correspondiente delegación regional del partido.
Kramp-Karrenbauer sucedió a Angela Merkel como jefa del partido en 2018. Por entonces se la consideró también la favorita a luchar por la Cancillería alemana en las siguientes elecciones generales.
Pero un año después tiró la toalla y anunció su retirada, cuestionada en su liderazgo. Altmaier es uno de los ministros del círculo más cercano a Merkel y, como Kramp-Karrenbauer, representante de su línea centrista.
El anuncio de ambos ministros se produce en medio de las tensiones internas surgidas entre los conservadores tras la derrota de su candidato, Armin Laschet, en las generales del pasado 26 de septiembre.
El bloque de Merkel obtuvo su peor resultado histórico en unas elecciones nacionales -un 24,1 %- y ello ha precipitado las críticas sobre Laschet. El derrotado candidato se mostró este jueves dispuesto a dejar la presidencia del partido, pero sin aclarar su hoja de ruta.
El lunes se reúne la presidencia de la CDU para trazar ese camino. Podría ser a través de un congreso federal del partido, presumiblemente en diciembre; a través de una presidencia de consenso para evitar más divisiones internas o incluso por la fórmula de una inédita consulta a las bases.
En paralelo a esa reunión de la cúpula conservadora, socialdemócratas, verdes y liberales tantearán de nuevo el lunes cómo armar una coalición de gobierno, presumiblemente liderada por Olaf Scholz, vicecanciller y ministro de Finanzas de la última gran coalición de Merkel.
El Partido Socialdemócrata (SPD) fue el más votado, con un 25,7 % -un aumento de cinco puntos respecto a las anteriores generales de 2017-, mientras que los Verdes quedaron en un 14,8 % -su mejor resultado histórico- y los liberales en un 11,5 %.
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