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Turismo y polo todo el año

La labor de clubes como el Hotel Monesterio y el Iridike, unido al de la inmobiliaria Dudley Estates, favorece una oferta de polo más allá del periodo estival

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  • La Winter Cup atrajo gran interés y prolonga el calendario de competición de polo más allá del verano. -

La Winter Cup de Polo del Iridike Club ha reunido este fin de semana a jugadores, aficionados y a curiosos interesados en conocer más de este deporte.

Este torneo supone la novedad de que el calendario de competiciones del polo en la zona se está prolongando más allá del calendario estival. Así lo comentaba este sábado Christian Mellentin, fundador de la Asociación Danesa de Polo y vinculado al Iridike Club, cuyo equipo es uno de los participantes en esta Winter Cup junto al Black Sheep Polo, 5th Chucker bar, y el Hotel Monasterio.

Christian vino a Sotogrande hace cinco años desde Dinamarca en busca de un lugar donde poder disfrutar de su pasión todo el año. Por eso se vino finalmente al Campo de Gibraltar. Destaca así de esta área su excelente clima y la calidad de la hierba para jugar al polo.

Ha montado el equipo de Iridike este año, dentro de un club que fue promovido por un veterano en el mundo del polo: Luciano Irazábal. Están preparando torneos y van a seguir formando a aquellos que quieran iniciarse en esta disciplina deportiva.

“La clave es que puedes disponer de una hierba en excelentes condiciones para jugar los doce meses, por las magníficas condiciones meteorológicas”, comenta Christian Mellentin.

Christian destaca igualmente la atmósfera especial de las instalaciones: “Es un club muy social, muy abierto. Es como estar con la familia. Realmente no tenemos clientes, sino que quienes vienen son parte de la familia”.

Comenta el danés además que los torneos de polo cuentan con un cierre muy especial para dejar un buen sabor de boca, ya que se celebran asados que disfrutan tanto jugadores como el público asistente, como parte de la entrega de premios. De hecho, ayer domingo se celebró uno de estos asados para homenaje de los participantes en la Winter Cup. Para Christian, se trata de una vertiente social del evento “como excusa para pasar un buen rato entre familiares y amigos, en un ambiente relajado”.

El patrón del equipo explica que se trata de un club muy abierto: “El club es más como un hotel. Tiene invitados durante todo el año. No tenemos miembros como tales, pero sí algunas personas que tienen sus caballos durante todo el año. También hay gente que viene y trae sus caballos. También se pueden alquilar aquí”.

Señala igualmente que “las puertas están abiertas para visitantes de la zona y de cualquier sitio”. “Se quedan aquí en la finca, y tienen el campo de polo a un paso”, dice.

Para los próximos meses hay previstos varios torneos, uno de ellos será en noviembre y otro será para final de año.

Christian anima a todo aquel que quiera conocer más de este deporte a visitar la web del club (www.iridikepolo.com), o sus redes sociales.

Junto a la 'cancha', el público sigue los pormenores de los encuentros, cerca del bar del club. Entre los asistentes se encuentra Charlotte Dudley, directora de la inmobiliaria Dudley Estates, (que entre otras operaciones, ha ayudado al club Iridike a encontrar su lugar, y cuenta entre otros clientes suyos al propio Hotel Monasterio, cuyo equipo también participó en el torneo)

Comenta que el que pueda estar viéndose un torneo de polo a finales de octubre “es algo nuevo que no había antes en Sotogrande”. Personalmente, comenta que a ella lo que más le gusta es “el ambiente familiar” que se respira en el club. “Es algo muy especial de este club y para esta zona”, añade.

En este punto, agrega que “viene gente de todo el mundo”. “Todo el mundo puede venir aquí, el club no es exclusivo, es familiar y muy abierto. Es algo que define a este sitio”, comenta.

Cerca de Charlotte, en el campo de juego, vestido de jugador y persiguiendo la bocha, está Denis Connolly. El polista, de origen irlandés es uno de los jugadores del Hotel Monasterio. No solo juega para dicho equipo, sino que es el dueño del propio hotel, situado no muy lejos del club Iridike. Ambas empresas, que suponen un impulso al empleo y al turismo en la zona, han sido asesoradas por Charlotte.

El Hotel Monasterio reúne el encanto y el carácter de un monasterio del siglo XVIII, con la comodidad de sus toques modernos.

Desde su adquisición por parte de Connolly, el establecimiento sigue ahondando en un estilo moderno en el servicio de habitaciones como en la organización de eventos, innovando en la oferta hotelera de la zona.

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