Veredictos

El olvido también necesita escribirse

Eduardo Ruiz Sosa (Culiacán, México, 1983) no solo ha escrito una novela, sino un tratado, un poema épico, un libro de historia; sobre todo, un libro que pretende acabar con todos los libros

Publicidad Ai Publicidad Ai
  • Anatomía de la memoria -

Eduardo Ruiz Sosa (Culiacán, México, 1983) no solo ha escrito una novela, sino un tratado, un poema épico, un libro de historia; sobre todo, un libro que pretende acabar con todos los libros. Anatomía de la memoria (Editorial Candaya, 2014) pretende abarcar todas las novelas a fin de explicar y aniquilar la memoria y el olvido. Sus casi 600 páginas aspiran, como el libro erudito y ambicioso que es, a incluirlo todo.

Ruiz Sosa pretende rescatar “la memoria perdida de Orígenes; la vista perdida de Isidro Levi; la tía Norma Carrasco, desaparecida como quienes marchan por el desierto; la esperanza de Eliot Román; la vida perdida o imaginaria de Pablo Lezama; los dedos perdidos de Macedonio Bustos y todo lo que podría perderse sin esos dedos” (p. 114), junto a la memoria de México. Como si de un tratado de medicina posmoderno se tratase, a través de evidencias médicas, filosóficas y literarias, se pretende que el lector reexamine y reconfigure su visión del mundo.

Escrita en forma de diálogo entre Estiarte Salomón, del Ministerio de Cultura, y Juan Pablo Orígenes, integrante a principios de la década de los setenta de un grupo revolucionario de estudiantes conocido como Los Enfermos, asistimos a la resurrección del grupo a partir de la maltrecha memoria de Orígenes, el catálogo de traiciones e imposturas que conforman el colectivo que pretende devolver la Enfermedad a México.

En sentido estricto, la narración no concluye. Se abandona al final del libro. La anatomía aspira a contener la memoria de Orígenes junto a la de todos los personajes del libro, sus reflexiones sobre los más diversos asuntos, ya sea la magia, la belleza, la geografía de América, la enfermedad (con mayúscula y minúscula), las pasiones, la bebida, los besos, los celos o la literatura: “Es por el ombligo, le dijo, me di cuenta de que las cosas que vamos perdiendo las perdemos completamente. Hablo de las cosas que perdemos en el roce con la vida. También fue por los dientes: por alguna razón no los quise perder, eran míos, como era mío el ombligo, como era mía la tía Norma, o el recuerdo de ella (…) las cosas que uno va perdiendo conforme se adapta al mundo” (p. 224).

Ruiz Sosa toma como referencia la Anatomía de la melancolía (1621) del autor inglés Robert Burton (1577 – 1640). Pero esta adaptación libérrima devuelve al lenguaje del siglo XXI el texto arcaico de Burton. Convierte un libro ilustrativo, repetitivo, polvoriento y seco en toda una experiencia. La diversión que el autor mexicano propone se obtiene a partir de la comparación de algunos de los absurdos ejemplos de Burton con los problemas actuales.

Así, la modernidad de Anatomía del olvido es sorprendente. Su crueldad, en ocasiones, extrema: “cuando Juan Pablo desapareció por cuarta vez, movido por el dolor del pasado o por el dolor de la vejez y la muerte, cuando ella se dio cuenta del desorden de libros al llegar esa noche antes de todo, se puso a buscar el ejemplar de Anatomía de la melancolía justo ahí, en el sitio donde ella misma lo había escondido años antes, y cuando vio su falta, cuando descubrió que Orígenes lo había encontrado y que se había marchado de la casa, pensó que iba buscando a aquella muchacha, a la que ella seguía imaginando joven y desnuda” (p. 394).

Eduardo Ruiz Sosa ha estudiado Ingeniería Industrial y es doctor en Historia de la Ciencia. Actualmente cursa el último año del Doctorado en Filología Española. En 2007 obtuvo el Premio Nacional de Literatura Inés Arredondo con el libro La voluntad de marcharse (FondoEditorial Tierra Adentro, 2008). Textos suyos han aparecido en las antologías: A fin de cuentos, La letra en la mirada, Renovigo, Siete caminos de sangre y Emergencias, doce cuentos iberoamericanos (Candaya, 2013). En 2012 fue ganador de la I Beca de Creación Literaria Han Nefkens, lo que le permitió estudiar el Máster en Creación Literaria de la Universidad Pompeu Fabra y escribir esta novela.

Anatomía de la memoria está escrita con una prosa densa e inteligente. Ruiz Sosa, al igual que Robert Burton, despliega locos listados que parecen no terminar nunca; serpenteantes digresiones; sabiduría administrada en crudos bocados de realidad: “tenía en las manos, abriéndolo y cerrándolo como si fuera una baraja de tarot, el libro de Robert Burton: los márgenes anotados, los párrafos larguísimos subrayados, los papeles sueltos agregados entre las páginas como si el libro fuera un cuerpo al que le hacían falta injertos de piel, llanuras en las cuales tatuar el recuerdo y el olvido, porque el olvido, decía Orígenes, también necesita escribirse” (p. 508).

Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN