Hoy en día estamos faltos de morbo, de batallitas, de saber más que nadie. No, no es que esté refiriéndome a las clases de historia de la escuela y a las calificaciones finales, si no a los rumores.
La rumorología, esa gran ciencia impartida en los bares y ahora en las redes sociales, hace mucho daño a quién la sufra. No obstante, el que las difunde no es tampoco santo de devoción. Dice mucho que este comportamiento esté tan aceptado por nuestra sociedad.
Hace poco se montó la gorda con un bulo sobre Abraham Mateo y Extremoduro. El primero no es que me guste lo que hace, ni como lo hace, pero tampoco está bien mancillar su honor con falacias.
Volviendo al tema principal, un blog inventó un rumor falso sobre unas críticas del isleño sobre el grupo extremeño. La noticia no tenía fuentes, se denotaba un poco la ironía entre sus líneas y tan solo teníamos eso; un pequeño documento escrito en un blog perdido de la red. Pues bien que ardió Twitter esos días.
Al final, tuvo que salir al paso la productora del chiquillo a desmentirlo. Los poseedores del blog estarían partiéndose la caja. Cosa que se le quitaría cuando intentaron meter acciones legales por difamación, pero ¿y la de publicidad que cogieron? Yo directamente ni me acuerdo.
Porque somos así, y me incluyo, escuchamos campanas y no sabemos dónde. Internet, la salsa rosa o incluso nuestro amigo de toda la vida, ese amigo que tenemos desde que echamos los dientes, puede mentirnos.
He ahí que brindo por los buenos historiadores, aquellos que buscan referencias, fuentes e intentan comprobar antes de juzgar si lo que tienen ante ellos es cierto. Un servidor entona el “mea culpa”. He caído en ciertos momentos en los rumores.
Pero no solo los españoles picamos como tontos. Hace poco el mundo entero cayó rendida ante el posible lío amoroso entre el presidente de Estados Unidos y la cantante Beyoncé. La magia del Photoshop y el intento de fama.
Entre todos ayudamos a que ese rumor diera la vuelta al mundo. Porque somos parte de una cadena, de un todo. Ojalá nos uniéramos para causas mayores y más beneficiosas para la sociedad que difundir vanidades.
Oye, que está bien eso de usar la lengua del Quijote para comunicarnos información, y tal. El problema está en que hoy, cualquier cosa puede llegar a ser considerada “importante”. Sea de donde sea, venga de donde venga. Cualquier día nos cuelan que los burros vuelan y van a llevar a la bancarrota a Iberia.
En nuestra ciudad ya nos han soltado varios rumores por el estilo. El tranvía funcionará para el 2014 o 2015. Conforme vayas retrocediendo en el tiempo, las fechas próximas también lo hacen. Entonces alguna vez acertarán y será gracias al Ayuntamiento de San Fernando, es decir, el PP. Pero si no se cumple, es culpa de la Junta de Andalucía, es decir, el PSOE e IU.
También llevan arrastrando el asunto de las reformas del Ayuntamiento desde… Pfff!! ¿El PA gobernaba con el PP? Porque, todo sea dicho, es muy diferente cuando uno es el hermano mayor y el otro el menor. Ahora bien, como buenos hermanos, cuando llegan las elecciones luego pactan como desesperados.
Mucho bla, bla, bla y poco concretar. Eso es lo que nos pasa a todos, nos gusta ser portadores, retransmisores de una realidad que quizás no conozcamos concretamente. Que, a lo mejor, no estamos haciendo ningún bien.
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