L a semana que viene ya dispondremos de las primeras manifestaciones de estudiantes, de profesores y de todo personal que trabaje por y para la educación. La cosa es, ¿tendrá algún efecto?
Volvemos al bucle infinito dónde los alumnos que faltarán a clases esos tres días, esos que ya están denominando a ese tiempo como un “puente vacacional”. Obviamente, casi el 100% que piense así, seguro que se quedará en su casa a dormir y a jugar.
Otros, ya más a lo gore, tienen pensado hacer el puente más largo, haciendo conexión España – Latinoamérica, y faltar porque sí el lunes y el viernes. Fijo que esos tampoco van a hacer nada por lo que se está protestando.
¿Esto beneficia a alguien entonces? Al profesor de turno que aún sin clase tiene que ir a trabajar, se la encuentra vacía y se gana el salario sin tener que pelearse con los cafres que no atienden. ¡Viva la Pepa!
No solo esta “división” ocurre en el mundo del alumnado. El profesorado también se manifestó el jueves. Veremos si todos reman para el mismo lado, o no es oro todo lo que reluce.
Esas protestas siempre se tienen más en serio, dentro de lo que cabe, que la de los estudiantes. Esos funcionarios “suertudos” de tener las vacaciones de verano enteras para ellos… En fin, con el alto precio que pagan últimamente la convivencia profesor – alumno. Se tienen el cielo ganado.
No todos son así, hay de todo en la viña del señor y claro, pagan justos por pecadores. En la calle nos verán como nos verán, es hora de protestar. Seas del cargo que seas, se debería de apoyar la causa. Luego, nos veremos los del sector de enseñanza, tres o cuatro sindicatos haciendo campaña y poco más.
¿Y así marcha el país? Efectivamente, igual les pasa a los de Navantia, que a las limpiadoras, que al sector de la salud, que a Pepito el de los palotes. No nos juntamos ni con pegamento. Cada uno que arríe su vela. Igualito que el PP central.
Vuelvo a preguntar pues, ¿se sacará algo en claro de esto? Sí. Tres días, o cinco, sin clases, los chavales la mar de contentos, los profesores sin trabajar esos días y la mala imagen que eso generará de nuestro sector. ¡Bravo! Los que vayan a la calle se quemarán para nada.
Si el PP escuchara todo lo que se dice de ellos en las manifestaciones, la cosa cambiaría. Ya podría en esto la nueva Junta de Andalucía, gobernada por el rival, apoyar un poco. Pero claro, mojarse con los “perroflautas” es demasiado. Veremos que hacen.
Lo que si tengo yo claro, es que por mi parte saldré a protestar. Es un derecho mío y no me lo quitará nadie. No iré de piquete cerrando negocios, cual diablo de película. No. Simplemente haré cumplir mis derechos y que se me escuche en un mundo de sordos.
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