Las galas del Carnaval

Una lástima que en pleno año 2013, las diferencias sociales sigan siendo un lastre para cualquier celebración.

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Dos años llevan celebrándose las galas del Carnaval en San Fernando, evento que sustituyó a los concursos que antes se hacían en el Teatro de las Cortes, al cual nunca fui por falta de dinero.

Se ha visto este año cómo las cosas van mejorando en esta fiesta, con un decorado muy bello, una buena iluminación y el sonido entre aceptable y bien. No olvidar mentar la calidad de las agrupaciones de un año a otro, muy acertado el ayuntamiento contratando a los artistas.

Bueno, y todo este lujo de Carnaval en plena calle, gratis y ante la presencia de nuestro viejo y maltratado Ayuntamiento, en el centro de nuestra ciudad… Todo un orgullo para el isleño de a pie.

Siempre, siempre, siempre hay un “pero”, este caso no iba a ser menos. Los familiares, funcionarios importantes e interesados de turno siempre tendrán su pase VIP, su zona acotada, con sus sillas contadas, delante del escenario, pegado a las mismas tablas. Tras ellos, los técnicos de sonido, luces, vídeo y periodistas, obviamente entre vallas. Los demás aficionados sin nombre tras esta zona, con unas pocas sillas para que no protestemos mucho y dándonos con un canto en los dientes de poder disfrutar de las chirigotas y comparsas de gratis en nuestra propia ciudad.

Estos casos me recuerdan a la Antigua Roma, cuando los senadores, y posteriormente asentados emperadores, iniciaron una separación en los eventos con el pueblo, quedándose ellos con las plazas más fructíferas y dejando el resto a los nunca recordados.

Luego hablamos de una sociedad igualitaria y de unos derechos universales, esto queda negado con la distribución por clases en cualquier función. Donde los funcionarios políticos tienen su plaza asegurada junto con los organizadores del evento, luego los familiares y amigos cercanos, por último ya, los verdaderos aficionados.

¿Qué es un aficionado de verdad? Pues es el que espera la cola, o paga por su entrada desde Internet. El que no se pierde una función o fiesta, sea donde sea, yendo siempre que puede. Es el que se sabe las letras, o el que sabe mucho de la festividad. El que no le importa ver la actuación aunque sea detrás de una zona acotada para otros, que quizás se merecen igual, o de menor manera, el estar ahí delante en comparación contigo.

A mí discúlpenme, pero si los organizadores del evento quieren ver su propio evento, en nuestro caso el Ayuntamiento de San Fernando, que se busquen otros sitios, o bien que reduzcan considerablemente la clase “invitada”. Puesto que una actividad de calle se organiza para el ciudadano, y no para los “familiares de”; más aún en un evento de Carnaval, que por las letras y comentarios de algunos autores, a mí se me caería la cara de vergüenza.

Con sus más y con sus menos, este año vi mucha referencia a los que estábamos en el otro lado, sobre todo el gran Vera-Luque, soltó una buena pidiendo más cercanía a los que realmente estábamos ahí con ellos, cantando y viviendo sus letras.

El problema de esto es que si en dos galas, la zona central ha aumentado… ¿El año que viene acabaremos viendo el escenario desde la mitad de la plaza? No sé yo si en la quinta gala tendremos que verlo por Onda Bahía para poder ver aceptablemente a las agrupaciones.

Una lástima que en pleno año 2013, las diferencias sociales sigan siendo un lastre para cualquier celebración, incluso para las gratuitas que se hacen pensando en el pueblo. Que luego hayan convites, o verdaderos concursos donde el señor Don Dinero decida cuánto vales, pues muy bien. Pero en actuaciones de calle, para mi gusto, es inverosímil.

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