Cuando un nuevo equipo de gestión llega a una institución pública o privada, vende la moto de hacer las cosas de una forma muy distinta a los que hasta el día del nombramiento fueron sus antecesores en el cargo.
Cuando hablamos de hacer algo de forma distinta, se suele hacer alusión a cuestiones ideológicas. Luego la realidad empaña la clarividencia ideológica y son los hechos y los datos objetivos los que demuestran las posibilidades de triunfo de los nuevos gestores y hasta se les ve el plumero del interés personal por delante del ideológico.
De hecho, nos permite disfrutar viendo como demócratas de boquilla se quitan de en medio en unas votaciones de ejecutiva local para no aparecer como rebelde ante la baronesa andaluza del PSOE y acude rápido a la llamada del sillón en un estrado para mostrar su lealtad. Pero esto es harina de otro costal, habrá tiempo de explicar con más detalle y en otra columna.
Normalmente, la palabra deuda suele aparecer acompañada de la palabra herencia. Es curioso como todos esos cargos, tanto públicos como privados, se empeñan en hablar de deuda, pero a renglón seguido acometen proyectos ambiciosos, en algunos casos caprichos personales.
Se pueden poner miles de ejemplos, el que me viene a la mente es el de los parking, por no hablar de otros proyectos de instituciones o asociaciones privadas, ¡vamo a dejahlo ahí! No es no, pero por el precio de dos hago uno y me olvido del entorno de la Plaza de toros que podía ser el gran enlace entre una zona que se muere, el centro, y otra que resucita, la avenida del Ejército. Pero mejor hablar de herencias, a pesar de dos años en el gobierno.
La oposición reclamando su firma y foto en proyectos florecientes, el gobierno directamente firmando y posando para los medios, redes sociales y para la foto de perfil del whatsapp… pero la casa sin barrer. Una oposición reclamando salir en la foto de las obras de APEMSA, del nuevo parking y hasta del césped del polideportivo y mientras el gobierno, como todavía no salieron las florecillas recién sembradas y tiene muchos frentes abiertos, prefiere hablar de deudas y herencias chungas.
Mostrar a la luz pública la famosa deuda, cuya gran parte viene de cuando El Puerto y Jerez peleaban por la situación fronteriza, hablamos, por ejemplo, de la famosa deuda de Sayse, aquella que De la Encina reclamaba desde la oposición… O venir ahora con el cuento de las sentencias judiciales. Se dice en prensa que SUVIPUERTO debe afrontar 615 mil euros en sentencias judiciales y culpan a los antecesores y la herencia.
¿Han leído las sentencias?¿Han leído que la empresa tiene la posibilidad de arreglar los desperfectos? ¿Saben cuándo se construyeron y entregaron las viviendas?¿Saben quién gobernaba entonces y permitieron las construcciones?¿Saben que en el Parque de viviendas municipales hay inquilinos a los que se les subvenciona el alquiler y el IBI teniendo ingresos más que suficientes?
Cuando lo sepan, reivindicarán y exigirán a los de ahora y a los de antes que trabajen y que sean responsables y se dejen de brindis electorales. Que los del gobierno empiecen a trabajar y a los de la oposición que trabajen, que el cargo tiene responsabilidades, sea cual sea el sueldo.
En lugar de abandonar los consejos de administración y hacerse fotos con el césped del poli, que no es la obra del S.XXI, a ver cuándo se ponen a trabajar por El Puerto, que da pena.
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