Se podrían escribir muchas líneas sobre la reestructuración del equipo de gobierno, sobre todo teniendo en cuenta todos los reproches, los montajes con medios de comunicación estatales, las sobreactuaciones realizados cuando, tanto IU como el PSOE eran oposición, además de aquellas manifestaciones orquestadas por los amigos de “lo suyo pa ellos y lo común también”, y otras tantas cuestiones opositoras que nos hacían pensar que este pacto de gobierno sería bastante diferente de lo que está siendo.
Que de la Encina salga diciendo que con la remodelación se ha buscado “la mayor eficiencia, productividad y adaptación del perfil profesional y humano de los concejales, más allá de una simple operación de sustituir la vacante de Silvia Valera" no deja de ser algo a lo que nos tiene acostumbrados.
¿Alguna vez dijo algo que sea 100% verdad? No es preciso preguntar ni a los espíritus que rondan con la mirada perdida por Ximénez Sandoval, allí donde una vez estuvo ¿la casa del pueblo?
Aunque el secretario de Política Municipal saque una nota apoyando los cambios y los nombramientos, me juego una caña a que los militantes no pondrían en la sede ni una foto de los socialistas que están en el gobierno. La de Quintana, quizás, pero de fondo de una diana para jugar a los dardos, esa no me la juego.
Sin embargo, lo más decepcionante no es el PSOE, que ya sabemos cómo usó a esta ciudad y cómo actuó históricamente: pactó con el PP para quitar a Gómez Ojeda, sendos pactos con IP para que Cabañas manejara Diputación y el desgobierno de ahora, sino Antonio Fernández.
Del famoso titular que dio a la prensa tras las elecciones “el PSOE no es de fiar” a mantenerse en el gobierno a cambio de que lo hagan desaparecer, que no le calienten la oreja y “no le toquen los ….pestiños”. En Fomento se está mejor, apartado y calentito.
Efectivamente, la legislatura no está siendo lo que se esperaba y si el gobierno hace aguas, lo que ocurre en la oposición es para llorar. El PP dividido y sin cabeza, se nota que no hay ingresos; los ex –independientes peleados y escuchando los chistes del que pasa por allí de vez en cuando, cuando puede o quiere, etc. Todo tan grave como pensar que la gente es tonta.
No lo digo por el gobierno, que también, sino por los comentarios y acciones de la propia oposición, valga un ejemplo: reclamar ante los medios con una columna opinión la talla política de los que gobiernan, pero con el argumento de que no le gustó la seriedad de un Rey Mago. En fin, ¡esto es lo que hay, una gran pestiñá!
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