Los horarios laborales extensos, el nuevo papel de la mujer trabajadora, los hijos y el estrés son algunas de las causas que originan los temidos problemas de pareja que aparecen a menudo en los matrimonios más perfectos y en las parejas más arraigadas. A pesar de que parece que nunca puede tocarte a ti, lo cierto es que una mala época puede pasar factura a cualquiera y el terreno del amor es uno de los más afectados cuando aparecen otra serie de problemas.
Nuevos roles
La mujer ha evolucionado y ya son pocas las que se quedan en casa sin trabajar. Los sueldos más bajos de los maridos y la necesidad de independencia laboral y salarial de la mujer han supuesto todo un punto de inflexión en el ámbito familiar. Ahora la mujer no se pasa el día limpiando, haciendo la comida y cuidando de los hijos. Ahora sale a trabajar y tiene la necesidad de dejar a los niños en la guardería o en casa de los abuelos, para después volver a determinada hora y juntarse con toda la problemática y el trabajo que genera el hogar.
Se supone que el nombre también ha asumido un nuevo rol, o al menos así es en la gran mayoría de casas de los más jóvenes. Ahora la limpieza, la comida y el cuidado de los hijos no solo depende de la mujer, que ya no pasa toda su jornada dentro de casa, sino que es algo que atañe a ambos. Los dos están agotados después de un largo día de trabajo y en casa queda todavía mucho por hacer. El estrés se acumula por momentos y puede salir por cualquier sitio, siendo habitual que aparezcan los gritos y las peleas de pareja por cualquier pequeña tontería.
La clave está en ponerse en la situación del otro y entender que ambos están en igualdad de condiciones. Nadie tiene que hacer más que nadie porque la casa y los niños son de los dos. Nadie tiene que estar detrás de nadie para que el otro haga algo o se levante del sofá a ayudar. Todo ha cambiado y en el momento que ambas partes de la pareja comprendan sus nuevos roles, no surgirán los problemas de pareja que muchos profesionales de la terapia de pareja están presenciando estos últimos años.
Más atención
Dejando los celos y las presiones a un lado, tu pareja necesita atención. Probablemente, desde que el bebé llegó a casa no habéis parado un minuto, no habéis descansado y no habéis tenido tiempo para vosotros. Y es que es así, la llegada de un niño puede ser una gran alegría, pero también una fuente de problemas que termina desestabilizando a la pareja.
Hay que tener la mente fría y aprender a fijar unos horarios que te permitan disfrutar de tu pareja un ratito al día. Es lo que se llama intimidad y en el momento que la dejáis pasar para dedicar todo vuestro tiempo al niño pueden generarse problemas, desconfianza, separación y otra serie de problemas que terminan con la pasión.
Es algo que podéis solucionar vosotros mismos, sin necesidad de acudir a una terapia de pareja. Es cuestión de fijar unos horarios y de dormir al niño a su hora para después disfrutar de al menos dos horas de descanso, hablar, contaros vuestro día y daros algo de cariño mutuo.
Innovación en el terreno sexual
El problema de pareja más común viene dado por el derrumbe de la pasión que se produce por todas las circunstancias descritas anteriormente. Ante esto, poco puede hacer un psicólogo del amor. De nuevo, tendréis que ser vosotros los que pongáis las cartas sobre la mesa si reamente os seguís queriendo y queréis mantener la relación por mucho tiempo más. Ahora es tiempo de innovar, de salir de la rutina, de preocuparse más por el otro y de dedicarle más tiempo y atención.
Muchas parejas optan por incorporar nuevas actividades y accesorios eróticos en el terreno sexual diario para así despertar la pasión de la pareja y volver a disfrutar del placer más absoluto. La compra de consoladores, esposas y juguetes eróticos de muchos tipos, así como disfraces es habitual en la actualidad y se realiza con toda naturalidad en cualquier sex shop online o físico.
En definitiva, son los dos miembros de la pareja los que conocen su situación, el origen del problema y los que pueden buscar soluciones para volver a los inicios. Si existe amor, todo en esta vida tiene solución. ¿Por qué no intentarlo?
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