Hace tan solo un año que Norberto Domínguez Jurado practicaba con su alumnado en clase de Educación Física la vuelta a la calma con el balón gigante de yoga (pelota suiza) y en un acto reflejo, con los brazos en jarras, golpeó con el codo el esférico haciéndole recordar a uno de sus alumnos la figura del cenachero.
“Maestro, como si fuéramos cenacheros”, bromeaban los pequeños en un proceso de imitación del golpeo con el codo que acababa de realizar el docente, quien empezó a unir las piezas de un puzzle que definió un deporte cultural, igualitario e inclusivo: el baloncodo.
Desde la investigación
Norberto Domínguez, maestro de Educación Física en el CEIP Hans Christian Andersen de Málaga, aunque ejerce de director del CEIP Rafael Alberti en Almogía, ideó este deporte a raíz de una investigación que es parte de su tesis doctoral, que presentó el año pasado en la UMA, y cuyo reglamento se nutre de la cultura malagueña.
“Es increíble el rápido crecimiento que ha tenido este deporte en tan solo un año y que es reconocido por la Ciudad de Málaga”, explicó el ideólogo, quien insistió en que “vamos a crear la asociación local, y también se van a crear en otras partes de España como La Rioja o Madrid; incluso se han interesado desde México y Uruguay”.
Además de haber sido respaldados por unanimidad en el Ayuntamiento de Málaga para incorporarlos a los Juegos Deportivos Municipales, tras el periodo de exhibición, el baloncodo ha despertado interés en altas instituciones deportivas nacionales. Así, Norberto Domínguez afirmó que “el nombre no estaba registrado, pero se necesita este respaldo para afianzarlo ”.
Con un reglamento muy malagueño
El golpeo parte de la figura del cenachero; el terreno de juego se denomina Biznaga; los puntos Sur; o la pelota Infante, por el padre de la patria andaluza. Es colectivo, mixto, cultural, inclusivo y educativo. Dos equipos se enfrentan en cancha dividida, en dos tiempos de 12 minutos e intentar anotar el mayor número de Sur. La representatividad del número 12 como duración de cada tiempo tiene su origen en el homenaje a la Constitución de 1812 'La Pepa', la primera de la democracia en España, nacida en Cádiz (Andalucía).
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