Sindéresis

El genio de la gente romántica

Cuidado con el hombre romántico, con la mujer romántica, porque siempre espera un premio por sus actos.

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Estoy seguro de que el viejo Bukowski no pondría ninguna pega si le copio la estructura y soniquete a su poema El genio de la multitud. En primer lugar, porque era escritor y, como tal, se revuelve en su tumba cada vez que llega a sus muertos oídos que alguien usa mal una palabra en alguna parte del mundo.

En segundo lugar, porque nunca es tarde para aprender (a ti te lo digo, viejo) que ser corriente no es demasiado malo; al menos no le jodes la vida a nadie con tu excepcionalidad. Pero le robo la estructura, sí, y el valor de decir cosas que mucha gente no tiene ganas de escuchar.

Por ejemplo: usas mal la palabra romanticismo; seas quien seas, estoy casi seguro de que acierto. Por ejemplo: imaginemos que significa lo que piensas que significa; entonces, yo te digo:

Hay suficiente necesidad, inseguridad y avaricia en el hombre romántico, en la mujer romántica, como para abastecer cualquier desgracia y cometer cualquier crimen.

Y los que predican que el amor es aquello que mueve el mundo suelen estar movidos por el miedo a no ser amados. Y los que necesitan ser amados por ti, en cierto modo, te han transformado en alimento, así que no pondrán reparo en masticarte para poder tragarte.

Aquellos que darían su vida por ti, realmente lo que quieren decir es que te sacrificarían a ti, a quien eres realmente, para que formes parte de su vida, viva o muerta, vivo o muerto. Y si matarían por ti, es que matarían por ese tú que solo habita en sus cabezas, y es posible que esa persona no seas realmente tú. Entonces, te quitarán de en medio para encontrarte.

Y nunca encontrarán paz suficiente en vuestra relación cuando perderos supondría el fin del mundo, así que no podrás estar en paz con ellos, con ellas.

Cuidado con el hombre romántico, con la mujer romántica, porque ya ha visto la película de vuestras vidas y solo desea que continúe y siga exactamente como cree, y pondrá cualquier medio a su alcance para conseguirlo, y no aceptará ver otro final (en ese caso, preferiría apagar la luz de la sala).

Cuidado con el hombre romántico, con la mujer romántica, porque es un actor, una actriz de una obra donde el villano es tu capacidad para decir que no. Cuidado porque el villano es tu posible rechazo. Mucho cuidado con eso.

Cuidado con el hombre romántico, con la mujer romántica, porque siempre espera un premio por sus actos.

Aquellos que te aman con locura están, en cierto modo, locos.

Aquellos que se sienten vacíos sin ti, tienen poco que ofrecer y llenarán ese hueco, aunque dure un día, con cualquier cosa.

Cuidado con el hombre romántico, con la mujer romántica, cuidado con su amor, que siempre tiene hambre. Al no entender el desamor, lo considerarán una afrenta. Y su odio será perfecto.

Como un diamante resplandeciente. Como una navaja. Como una montaña. Como un tigre. Como cicuta. Su mejor venganza.

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