Sindéresis

La épica y los hipócritas

Esteban, si te suspenden de empleo y sueldo, escribe una buena novela con todo ese tiempo libre, por favor. Una que duela. Que les duela.

Publicidad Ai Publicidad Ai Publicidad AiPublicidad Ai

A mí siempre me ha interesado la épica y no hay mayor épica que la coherencia, en un mundo en que se encuentra uno tan a menudo rodeado de hipócritas. Y no hablo de los que van a misa los domingos y practican una vida prohibida por la Iglesia el lunes, porque ese es un tipo de incoherente que en pocas ocasiones hace daño o lleva intención de lucro o gloria.

Hablo de los hipócritas que intentan conseguir cosas, generalmente a través del discurso, de la acumulación de la palabra, de la concitación de voluntades. Gente que repudia el concepto de transversalidad política porque opina que detrás de ella habita el diablo, pero apoya los movimientos independentistas, aunque sean empujados por partidos de izquierdas y derechas al mismo tiempo. Quizá para este tipo de hipócrita, intentar independizarse es un fin que sí justifica compartir coche, pero la separación de poderes, la democracia real, la separación de poderes, tirar el techo de endeudamiento y la reforma laboral, no lo son.

Seré claro en esto: el diablo donde habita es en el etiquetado totalitario de ideologías y, por tanto, de personas. Divide y vencerás, y al diablo le va de puta madre.

Hablo de hipócritas que buscan como la rata en el cubo de basura cualquier desliz de cualquier miembro de Podemos, desliz que en un alto cargo de cualquier otra formación política supondría la parte más limpia de su currículum, el oasis donde descansar los ojos. «Joder, Camps en el 2004 tan solo tuvo a un limpiapiscinas sin dar de alta en la Seguridad Social. ¿Qué le pasaría por la mente? ¿Vio a la Virgen o alguna mierda de esas?» Gente que dice que es que los de Podemos predican que van de limpios por la vida. Bueno. El día que me encuentres a un expresidente de la Junta de Andalucía diciendo en un mitin que hay que estar de mierda hasta las cejas, por favor me lo traes, que le tenemos que hacer analíticas.

Hipócrita. De mierda.

Gente que dice que el toro no sufre y que disfruta viéndolo sufrir. Gente que dice que el toro no sufre, pero que no sería lo mismo sin puntillas, banderillas, sangre, gemidos, porque el toro se queja, y mucho, esa gente, ya sabéis, que no son capaces de plantarse delante de ti y decirte: «Sí, sé que el toro sufre. Pero estoy a favor de la tauromaquia».

Gente para la que Frank Cuesta es un amigo en la distancia, un tío con dos huevos que dice verdades como puños, hasta que dice que en Venezuela ha muerto un niño porque no ha tenido acceso a medicinas ni la posibilidad de salir del país. Eso que, si lo llega a decir Pablo Iglesias, hubiera tenido una recepción muy distinta. ¿Ahora ya no dice verdades como puños? ¿Un tío que está amenazado de muerte por luchar contra la trata de animales, y que sigue haciéndolo, ahora es un comprado? ¿Comprado por quién, por Fu Manchú?

Estos hipócritas de mierda que hacen cada día un mundo peor, porque hacen cada día un mundo más lleno de ruido en el que es imposible entenderse, mientras los que toman las decisiones mantienen reuniones distendidas en salones insonorizados.

Hipócritas de mierda que acusan a un compañero, a Esteban Navarro Soriano, de manchar la imagen de la Policía Nacional porque el hombre se gana un extra escribiendo thriller y novela negra, ficción. Gente que no tiene una coma que decir acerca de información privilegiada para ciertas academias en oposiciones, dice que este escritor, que ahora es mi compañero y no de ellos, se aprovecha de la imagen de la Policía y la perjudica. Un policía que escribe de lo que sabe, dónde vamos a ir a parar. Un hombre que tiene dos trabajos, uno para mantenerse y otro para realizarse. Esteban, si te suspenden de empleo y sueldo, escribe una buena novela con todo ese tiempo libre, por favor. Una que duela. Que les duela.

Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN