Sindéresis

Clavos y martillos

Y ya sabemos que las soluciones sencillas aplicadas a los ecosistemas solo crean desastres ecológicos impredecibles.

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Cuando eres un martillo, todos los problemas son clavos para ti. Esto es lo que veo que sucede con los compañeros anticapitalistas que conozco, muy capaces de solucionar todos los males del mundo de una sola tacada: abolir el capitalismo.

Uno que es curioso y ha estudiado un poco de historia, y siempre poniendo por delante que no me estén mintiendo todas las personas que han escrito ensayos, tratados, libros de texto e incluso novelas documentadas, se acaba haciendo una composición de lugar y se da cuenta de que el problema no es el dinero, sino los recursos. El jefe indio hizo famosa una proclama que podría parecer perfecta en aquello de que cuando nos hayamos cargado el planeta (resumo mucho) entonces el hombre blanco se dará cuenta de que el dinero no se come. El hombre blanco, es decir, las oligarquías caníbales a las que podemos hacer referencia en este momento, sabe hace tiempo que el dinero no se come; ese es el asunto. No asistimos a un mundo gobernado por el capital sino a un mundo donde la oligarquía usa el capital, la fuerza, la religión y la información para asegurarse una distribución muy concreta de las únicas monedas que tienen importancia: acceso al agua, combustible, alimento (recientemente) y caminos transitables para estos tres recursos. Es por alguna de estas cosas que han existido invasiones e imperios. El oro solo promueve saqueos.

No es menos desdeñable el hecho de que son varias las oligarquías caníbales que se enfrentan, cada una de ellas con intereses geoestratégicos, es decir, relativos a la posición y el acceso a recursos. Y la del cacareado eje capitalista USA-UK-Israel es solo una de ellas. La liza que existe desde hace literalmente milenios por la zona que comprende desde la península de Anatolia hasta el norte de Grecia, ¿en serio es debido al dinero, al control de las plusvalías, a la Bolsa? ¿Roma se extendía buscando dinero; Egipto pagaba sus tributos con dinero? La lógica se usa del siguiente modo: si un hecho se ha dado con la circunstancia A, pero también con la B y con la C, es que ninguna de esas circunstancias son origen del hecho. Si el hombre ha esclavizado a la mujer desde la Edad de Bronce, o antes, el machismo no es un producto capitalista. La injusticia y la brutalidad, todo lo que se aleja de la sindéresis, es común a todas las épocas, culturas y regiones.

En definitiva, querer suprimir la desigualdad, la injusticia y el sufrimiento aboliendo el derecho a la libertad de empresa y a la contratación de trabajadores es parecido a querer abolir la violencia de género prohibiendo el matrimonio. Es un toque de queda constante, por si acaso, la constatación de un fracaso que, además, no dará resultados; refleja la incapacidad de mejorar la condición humana a través de la cultura y de crear un sistema socioeconómico sometido al imperio de la ley y, además, no dará resultados porque siempre habrá alguien que quiera abusar de alguien, que quiera acaparar más recursos que el de al lado. Si no lo consigue a través de la usura o la manipulación de las relaciones laborales, en la que el soborno político es imprescindible, lo hará usando una posición privilegiada en el sistema burocrático, o la intimidación y la fuerza, o cualquier otro truco o palanca.

Avanzamos como sociedad ampliando derechos, libertades y seguridad ciudadana. Los asentamos, ampliamos, asentamos, sin retroceder un paso, para que injusticias anteriores nos parezcan pesadillas, como ya hemos hecho con el canibalismo, los sacrificios a los dioses, la quema de brujas, la esclavitud, el derecho de pernada, males todos que pueden amputarse sin amputar derechos ni posibilidades en este complejo ecosistema social. Y ya sabemos que las soluciones sencillas aplicadas a los ecosistemas solo crean desastres ecológicos impredecibles.

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