Javi Moya presenta su tercer disco de estudio, Entre Dos Mundos, el próximo viernes 15 de diciembre en la Sala Antique Theatre, con invitados como Pepe Begines, José María Ruiz o María de la Colina.
¿Cómo está siendo la acogida del disco?
–La verdad es que con mucha sorpresa e ilusión, está teniendo una aceptación muy importante. Este es el trabajo más ambicioso dentro de mi carrera como cantautor. Estoy muy contento con cómo está siendo acogido.
¿Es tu disco de consagración musical?
–Después de una temporada en Sudamérica, con este trabajo he madurado en mi composición, le he dedicado mucho tiempo y estoy contento con la acogida que está teniendo entre los amigos y profesionales. ¿La consagración? Bueno, no lo sé, la música es una incógnita continua.
Bajo la producción de Emilio Mercader, ¿cómo ha sido el proceso de grabación?
–Te contaré como surgió. Estaba en una cena en un restaurante en Madrid y vi la oportunidad de sacar mi guitarra. Emilio estaba allí y al escucharme se me acercó para decirme que quería formar parte del equipo de grabación de este disco. Para mí fue un privilegio que mis temas cayeran en sus manos porque es un gran productor, capaz de elevar las canciones y adornarlas. Has escrito canciones de éxito para otros artistas.
¿Qué diferencias hay entre escribir una canción para ti o para otro artista?
–Depende... Cuando compongo para mí me dejo guiar por cualquier tema que se me ocurra. Por ejemplo voy por la playa y veo un chiringuito y se me ocurre algo para sacar una canción, intento dar las notas adecuadas para mi forma de cantar. Si compongo para otro artista es diferente. Por ejemplo a la hora de crear una sevillana a María de la Colina, un tema a Manuel Lombo o una balada a José María Ruiz te tienes que meter en su forma de cantar y mirar cuál es el estilo y el registro en el que canta.
¿Cómo le ha marcado mamar la música en casa desde pequeño?
–Desde pequeño he viajado en la furgoneta de Los Romeros de la Puebla y me he puesto a pie de escenario a ver a mi padre, que siempre ha sido un ejemplo para mí, como profesional y como persona. Con doce años tuve mi primera guitarra, con catorce compuse mi primera canción. La música ha formado parte de mi vida, en casa y creo que hasta genéticamente.
¿Cómo es la experiencia de cantar en una plaza de toros mientras torea Morante?
–Muy especial, te contaré como ocurrió esto. Recuerdo estar en Quito duchándome en el hotel tatareando una sevillana que estaba creando, de repente salí corriendo, y mojado, para apuntar una frase que creí que le podía inspirar a Morante. Después, mientras él se vestía, en privado y rodeado de su apoderado y el mozo de espadas, se la canté. Él empezó a estirar y a sentirse más torero todavía. Me dijo que quería que se la cantara en público en la Plaza Belmonte. Es más, me quiso vestir, pero como no me cabía el traje del banderillero me pusieron el del picador. Ese día tuvo un éxito arrollador, hasta el punto de salir por la puerta grande e indultar al toro. Mi relación con Morante es de gran amistad y también profesional. Le he acompañado en muchos viajes, en las plazas y cantando en las fiestas después de las corridas.
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