La concejal de Participa Sevilla en el Ayuntamiento hispalense, Susana Serrano, ha celebrado de nuevo el nombramiento del escritor, periodista y flamencólogo José Luis Ortiz Nuevo, como director de la próxima y vigésima edición de la Bienal de Arte Flamenco, en relevo de Cristóbal Ortega, a quien el Consistorio encargó la dirección durante el anterior mandato de gobierno del PP.
Susana Serrano, en rueda de prensa, ha manifestado que desde hace años, "los profesionales del flamenco reclamaban un cambio en profundidad para la Bienal de Falmenco y para este cambio de modelo era necesario un cambio de dirección". Al respecto, ha reiterado que Ortiz Nuevo es "la persona más adecuada para repensar y actualizar la Bienal que él mismo fundó".
Según Serrano, este cambio debe garantizar la "dignificación de todas las personas que vienen dando su vida a este arte y que a duras penas resisten la precariedad". Además, ha reclamado que el certamen tenga "mayor autonomía no sólo en su estructura, sino que también gane en transparencia para quedar libre de posibles injerencias políticas y de sectores que sólo buscan su propio beneficio".
Además, ha opinado que la Bienal también necesita "implicación económica de más organizaciones" y de las instituciones que ya la apoyan. "Para todo esto, es necesario contar con una figura con la suficiente legitimidad, como es el caso de Ortiz Nuevo, capaz de promover y facilitar este nuevo enfoque y estas nuevas alianzas", ha defendido la edil.
Y después de que el Grupo popular del Ayuntamiento de Sevilla, autor en el pasado mandato del nombramiento de Cristóbal Ortega como director de la Bienal, haya defendido la gestión de este último y le haya desligado de los "desajustes" económicos en el Instituto de la Cultura y las Artes de Sevilla (ICAS), Susana Serrano ha asegurado que el contrato de Ortega "especifica claramente que entre sus competencias estaba la responsabilidad económica de la Bienal".
Así, ha insistido en que la memoria económica facilitada por la Bienal de Flamenco respecto a la edición de 2016 "no correspondía con la realidad, como ya reconoció el propio delegado de Cultura en el pleno del mes de junio, en el que se aprobó un reconocimiento de crédito del ICAS, del que el 40 por ciento (de las facturas) pertenecían a gastos pendientes de la Bienal".
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