La cámara que fue descubierta el pasado martes en el baño femenino del Ayuntamiento de Lepe (Huelva) grabó accidentalmente al hombre que presuntamente la colocó, unas imágenes que han sido determinantes para que sea suspendido de empleo y sueldo a la espera de lo que investigue la Guardia Civil.
Fuentes de la investigación han dicho a Efe que en las imágenes de la propia cámara se ve al funcionario del Ayuntamiento que presuntamente colocó la cámara, ubicada en el interior de un ambientador en el baño de mujeres de la planta alta del Ayuntamiento lepero. Las imágenes le habrían captado en el mismo baño colocando la cámara nada más activarla, y en ella se aprecia al funcionario que ahora está suspendido de empleo y sueldo con claridad.
Esas imágenes habrían sido la base para que el Ayuntamiento decidiese expulsarle preventivamente en la mañana del pasado miércoles, así como para que al menos nueve mujeres trabajadoras del consistorio lepero presentasen denuncias contra él, un trabajador que lleva más de 20 años en su puesto. Se trata de un trabajador del Ayuntamiento que no reside en la localidad, y al que le fue entregada la notificación de suspensión de empleo y sueldo a primera hora de la mañana del pasado miércoles, después de que una mujer que utilizaba el baño apretase el ambientador para activarlo y notó que el botón se hundía en vez de soltar la fragancia, y al pensar que lo había roto intentó arreglarlo, descubriendo que tenía una cámara con una tarjeta de datos en su interior.
La preocupación es notable entre las mujeres que han usado el baño donde estaba colocada la cámara, ya que desconocen desde cuando estaba ubicada la cámara y qué se ha hecho con las imágenes que se han grabado. Por el momento, la Guardia Civil no ha realizado detenciones en relación con este caso, y las denunciantes desconocen los detalles sobre el suceso, con la principal preocupación sobre el uso de las imágenes que haya podido recoger la cámara.
El baño donde estaba colocada la cámara se ubica en la planta alta del Ayuntamiento, donde prácticamente todos los trabajadores son mujeres, justo junto a la puerta del despacho del alcalde, con un pequeño pasillo de unos dos metros cuadrados que lo separa del baño masculino, que sólo es utilizado por algunos concejales que ocupan los despachos de esa planta o en reuniones esporádicas o sesiones de plenos, mientras que el femenino es el que tiene uso diario.
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