Andalucía

Cajamar vs Grupo Rural: tablas hasta la próxima legislatura

El foro económico organizado por Rural del Sur, defensora del modelo tradicional de pequeña caja rural, certifica que la renovación de la regulación de estas entidades queda pendiente para el próximo Gobierno. Cajamar, líder rural español, defiende la concentración cada vez mayor del sector.

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  • Sede de Cajamar en Valencia -

El futuro de las cajas rurales, es decir, cuál será el tamaño que tengan que asumir para competir en el cada vez más concentrado sector financiero español después de la crisis, sigue en el aire. El eslabón más pequeño de la banca nacional, con una cuota del 5% (se elevaría al 7% si se incluyeran las cooperativas de crédito no rurales, como las vasca Caja Laboral), es el último Mohicano: no ha sido reformada tras la crisis financiera.

No por ello las rurales han dejado de concentrarse, con la almeriense Cajamar como protagonista indiscutible y que ya aglutina a la mitad del sector en su nuevo Banco de Crédito Social Cooperativo. Frente a ella, el grupo Caja Rural, con Rural del Sur y Rural de Navarra como defensores de cambios menores en las leyes y de poder seguir funcionando como cajas autónomas con sólo algunas áreas en común, como seguros o tecnología. Y grandes operaciones centralizadas en el Banco Cooperativo, la entidad que une a la otra mitad del sector. El presidente de Rural del Sur, José Luis García Palacios, preside el banco.

Pero, tras una legislatura en la que se ha jibarizado a las cajas de ahorro tras los desmanes cometidos en la época del boom (se ha pasado de 46 entidades a 3); y en la que también la gran banca se ha  concentrado aún más, parece que el melón de la nueva regulación de las cooperativas de crédito -que data de la década de los ochenta- se calará en la próxima legislatura.

Tablas pues en el enfrentamiento soterrado entre los dos polos en que está dividido el sector rural, que en 2014 trataron de hacer valer sus argumentos ante la reforma que comenzó a definirse por parte del Banco de España y el ministerio de Economía. Y que ha quedado pospuesta.

Banco Central Europeo

El ministro Luis de Guindos, invitado estrella al foro económico que Rural del Sur celebró esta semana en Sevilla, desveló que su ministerio se había opuesto a la propuesta de que todas las rurales se integraran en una sola entidad. ¿De quién partió esa idea?

Todos los ojos se giran hacia Cajamar, pero fuentes financieras señalan que fue el Banco de España su más claro defensor. Y recuerdan que las indicaciones que llegan desde el Banco Central Europeo (que ya supervisa el 90% de la banca española, entre ella el banco de Cajamar) van también en la misma dirección. Todo el sector de las cooperativas de crédito unido (rurales o no) tendría un tamaño, por activos, similar al del Banco Popular. Un banco mediano después de todo.

Cajamar, que no ha querido hacer declaraciones tras la celebración de ese foro, ha apostado públicamente por el modelo del holandés Rabobank: una sola entidad cabecera y múltiples marcas rurales operando, pero con una fuerte centralización operativa. Otras voces en el ministerio de Economía apostaron por el modelo francés de dos grandes cooperativas (Crédit Agricole y Crédit Mutuel).

García Palacios no ocultó que cuando Guindos anunció el pasado año que iba a reformar la legislación de las rurales, “los pelos se nos pusieron como escarpias”. Viendo la transformación de las cajas, el cambio respecto a entidades en general muy opacas en gobierno corporativo e información societaria se barruntó mayúsculo.

Guindos sí dejó claro que dos son los ejes clave por los que debe discurrir el futuro del sector: mejora de los instrumentos de capital, es decir, de capacidad de captación de recursos en el mercado y de refuerzo del balance; y mejora del gobierno corporativo, léase profesionalización.

Obviando lo segundo, García Palacios defendió que las rurales son entidades “que no han costado un duro al contribuyente” y cubren el hueco de banca de proximidad que han dejado las cajas. Una visión discutible porque la Asociación Española de Cajas Rurales (donde no está Cajamar) acaba de aprobar una inyección de 200 millones para rescatar Bantierra, la mayor rural de Aragón. Es dinero privado, no del Estado. Como pasó con Cajamar, que rescató a la valenciana Ruralcaja, la segunda mayor rural tras la almeriense, en 2012.

El sector se ha lamido sus heridas sin pedir apoyo público, salvándose así de las exigencias europeas asumidas por las cajas. Por eso García Palacios apostó también por crear un Fondo de Garantía  rural, independiente del general. El Gobierno que salga del 20D será quién decida.

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