Al Sevilla le ha venido que ni pintado un parón liguero que a efectos prácticos le ha valido para dos cosas. Primero, para recuperar efectivos que deben ser claves en el once de Emery. Casos de Banega o Rami. Y segundo, para asentar el optimismo en el vestuario y en la propia afición tras dos triunfos consecutivos en el campeonato liguero, con la valía sumada por vencer al FC Barcelona.
Tal impulso debe ser útil para establecer definitivamente la calma deportiva en el club de Nervión tras un arranque dubitativo que ha llevado en ocasiones incluso a la polémica, tanto de los sistemas como de la plantilla. Para ello, los sevillistas deben hacer buena una semana que a priori puede ser favorable para los intereses ligueros y para la Champions. Y es que en siete días va a disputar dos encuentros trascendentales para el devenir de ambas competiciones.
El primero, el de Liga el próximo sábado ante el Eibar a domicilio. Vencer en Ipurua, lo que debe ser una obligación para este renovado Sevilla, supondría la tercera consecutiva y lo auparía en la zona noble de la clasificación. Además, el del Eibar es un estadio propicio para un equipo que sólo ha caído en una ocasión en las ocho visitas realizadas. Y por supuesto, el buen estado de los armeros no debe ser una excusa para no traerse un triunfo.
Tres puntos que levantarían aún más el vuelo del plantel de Unai Emery, además a pocos días vista de una cita europea que puede marcar el rumbo del Sevilla en esta edición de la Champions. Así, el próximo miércoles visitará al Manchester City en tierras inglesas con la obligación de al menos puntuar para seguir con vida en el denominado “grupo de la muerte”. Un partido que motiva a cualquier futbolista y del que debe sacarse partida consabidas las bajas de los dos pilares del equipo de Pellegrini. Sin Agüero ni Silva los citizens van a perder mucho fuelle en punta de lanza y eso bien lo sabe Emery y su cuerpo técnico. Para ello, valga el mal ejemplo desplegado en Turín frente a la Juventus para encarar el duelo con otras miras, además de la imperiosa necesidad de sumar para jugarse un posible billete a octavos con la afición de cara en Nervión. Así se presentan siete días claves; una semana para empezar a acelerar.
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