La Audiencia de Sevilla ha condenado a 14 años de cárcel y a pagar una indemnización de 18.370 euros a un joven que intentó violar, en compañía de otro, a una mujer a la que sorprendió de madrugada en el portal de su casa y a quien luego robó su bolso.
Una sentencia de la Sección Primera de la Audiencia, a la que ha tenido acceso Efe, dice que el acusado Mohamed E.K., de nacionalidad marroquí y entonces de 18 años, iba acompañado de otro hombre no identificado cuando a las 4:15 horas del 15 de abril de 2005 abordó a la mujer que entraba en el portal de su casa.
Los acusados se dirigieron hacia ella con el ciclomotor que ocupaban, la arrinconaron y le cortaron "toda vía de escape".
A continuación, con ánimo de satisfacer sus deseos sexuales, el acusado sujetó desde atrás por los brazos a la víctima mientras su compañero le rompió los pantalones e intentó penetrarla vaginalmente, lo que no logró al llevar ésta puesto un tampón.
El agresor restregó entonces su pene contra la vagina de la víctima y dijo a su amigo "venga, ahora te toca a ti", cambiaron los papeles y el acusado intentó penetrar a la víctima, mientras su compañero la sujetaba con gran fuerza.
El acusado tampoco logró la penetración pero llegó a eyacular sobre la cara interna de sus muslos, pantalón y bragas de la joven, prendas que permitieron a la Policía identificar su ADN.
A continuación, los dos acusados arrebataron el bolso a su víctima, con un contenido tasado en 170 euros.
Al ser sorprendidos por otras personas, el acusado y su compinche huyeron del lugar en el ciclomotor, dejando a la víctima "en situación de shock, con hematoma en cara interior del brazo derecho y en la cadera derecha".
Aunque el procesado negó ser el autor de los delitos, la sentencia se basa en el testimonio de la víctima, que fue "sincero y creíble", corroborado por dos testigos, por los agentes de policía que intervinieron y por los informes médicos y de ADN.
Los jueces niegan que en las pruebas de ADN se rompiese la cadena de custodia pues las prendas de la víctima fueron retiradas por la Policía en su domicilio cinco días después, cuando aún se desconocía el autor del delito, y fueron remitidas de inmediato al laboratorio científico.
Además, la Policía Judicial informó a la víctima en el mismo momento de su declaración prestada el 15 de abril de 2005, que debía de mantener a su disposición esas prendas y abstenerse de lavarlas.
Los jueces imponen al acusado condenas de 7 y 4 años de cárcel por sendos delitos de violación en grado de tentativa, otros 3 años por robo violento y el pago de 18.000 euros de indemnización por el daño moral, otros 200 euros por las lesiones y 170 por los objetos robados.
La sentencia decreta su expulsión de España, donde residía en situación irregular.
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