La tribuna de Viva Sevilla

30Km/h por unas calles habitables

Se trata de una iniciativa de escaso coste económico que permitirá comenzar a transformar la prioridad de usos de las calles del casco histórico

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Bajo este fantástico lema, ¡30 km/h Por unas calles habitables!, diversas entidades sociales europeas nos hemos unido para lanzar una campaña con el objetivo de reducir el límite de velocidad en nuestras ciudades, en lo que representa una manera económica de mejorar la seguridad, rebajar la contaminación y estimular el uso de mejores modos de transporte como son los desplazamientos a pie y en bicicleta. Por suerte, en nuestro país cada vez más municipios están apostando por reducir la velocidad en sus centros históricos, tal y como sucede en nuestra vecina Córdoba, urbe integrada en la Red de Ciudades que Caminan y que está apostando de manera clara por fomentar la movilidad peatonal.

El Ayuntamiento de Sevilla ha aceptado recientemente comenzar a señalizar con límite de velocidad de 30 km/h todas las entradas al casco histórico de la ciudad, abriendo la posibilidad de avanzar incluso hacia un modelo de calles residenciales con 20 km/h y prioridad absoluta del peatón en determinados viarios residenciales, una medida solicitada reiteradamente por nuestra entidad durante los últimos años no sólo ante el Ayuntamiento sino incluso junto a nuestros compañeros de Viandalucía y la AUPGA ante la Oficina del Defensor del Pueblo Andaluz.

En la actualidad la falta de itinerarios peatonales accesibles en el centro de la ciudad obliga a los viandantes a compartir la calzada con los vehículos a motor, una situación ante la que urge a poner en marcha este tipo de medidas dirigidas a mejorar la seguridad de los viandantes en base al cumplimiento de las normativas existentes en accesibilidad universal.

¿Pueden imaginarse las dificultades a las que se enfrentan las personas con movilidad reducida, los ancianos y niños o los padres y madres que manejan los carritos de sus pequeños cuando se desplazan por las estrechas aceras del centro?

La reducción de la velocidad del tráfico a motor conlleva además una transformación clave: la circulación de las bicicletas en óptimas condiciones de seguridad por la calzada, espacio natural de los ciclistas que ya no tendrían excusas para desplazarse en bici por las aceras.

Se trata por tanto de una iniciativa de escaso coste económico que permitirá comenzar a transformar la prioridad de usos de las calles del casco histórico, un espacio clave de nuestra ciudad, a la vez que se subsana en parte el importante paso atrás que significó la eliminación del anterior Plan Centro.

Hemos de recordar que la implantación de este tipo de limitaciones debe ir acompañada de una serie de medidas concretas más allá de la simple señalización de limitación a 30 km/h que hoy en día es posible encontrar en los entornos de casi todos los centros educativos de la ciudad y que, por desgracia, no siempre implica una reducción de la velocidad por parte los vehículos.

Para lograr un verdadero cambio sería necesario poner en marcha campañas de concienciación ciudadana, así como una estrecha colaboración de los conductores de los vehículos destinados al transporte público y de los propios residentes.

Desde un punto de vista técnico sería recomendable la utilización de señales de limitación de velocidad de carácter urbano así como la instalación paulatina de medidas puntuales de calmado del tráfico, tales como el estrechamiento de las calzadas en puntos estratégicos o la continuación de acerados en la intersección con la zona de rodadura, medidas que podrían mejorar de manera directa no sólo la seguridad vial sino además la propia accesibilidad universal en el entorno.

Se trata en definitiva de materializar esta gran iniciativa en profundidad, con voluntad sincera, situando nuevamente a Sevilla en la senda de la sostenibilidad, tal y como ya sucede en las numerosas ciudades europeas en las que hace ya tiempo que los peatones conquistaron los centros urbanos.

Racionalicemos el uso del espacio público, debatamos un nuevo Plan Centro entre los representantes municipales, los vecinos y las asociaciones sociales, convirtamos nuestra ciudad en un destino cada vez más atractivo para el turismo y el comercio. Hagamos, entre todos, un centro vivo, en el que caminar se convierta en un placer verdadero.

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