El jardín de Bomarzo

La imagen rota

El 26 de junio se repetirán elecciones en toda España y, siendo territorio perteneciente a tan magno terruño, esto sucederá también en la provincia de Cádiz

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El próximo 26 de junio del presente se repetirán elecciones generales en toda España y, siendo territorio perteneciente a tan magno terruño, esto sucederá también en la provincia de Cádiz, de donde uno es y se siente y por donde circula esa misma clase política que estos días se despereza ante el inicio de una campaña para nada deseada. Nadie quiere, con estos calores, ponerse zapatillas y traje mitinero, convocar y acudir a actos, defender aforos dignos para posterior foto, atacar resultados y, sobre todo, pensar qué decir a la gente cuando se sabe que la gente está harta de oírles y más para una convocatoria electoral que es reflejo de un fracaso. Se vuelve a votar sencillamente por la incapacidad que han tenido, todos, de aceptar el lugar en el que les ha situado la urna, ante lo cual asumen el riesgo, todos, de volver a preguntar al ciudadano votante. Más valdría que las elecciones fuesen este domingo y ahorrarnos, a todos, la campaña porque todo lo que digan está oído y, añado, visto. En todo caso, del 20D de 2015 al 26J de 2016 habrán pasado seis meses; además de la temperatura, ¿qué elementos han cambiado? ¿Puede darse el mismo resultado en la provincia de Cádiz? ¿Ganará el PSOE, como en 2015, o lo hará el PP, como en 2011 teniendo en cuenta que sus listas son, en esencia, las mismas? ¿Hasta qué punto el liderazgo municipal afecta de cara al resultado de unas elecciones que, más que nunca, se disputarán en platós de televisiones nacionales? ¿Sor pasará la unión del partido Podemos con IU a PSOE en Cádiz? ¿Hasta dónde se lavan la cara los calvos o por qué las mujeres no se pueden pintar las pestañas con la boca cerrada...? Me centro.

Participación. Será el primer elemento crucial, como casi siempre. Sería lógico pensar que la abstención volviese al índice de 2011 en la provincia (36,2), por encima de la registrada en 2015 (32,7) porque el ciudadano pueda entender, con razón, que votar sirve de poco a tenor de pactos posteriores no anunciados, pero el caso es que la abstención del pasado 20D, aún siendo menor que cuatro años antes, le afectó más al PP, al que normalmente le viene mejor un índice de participación no muy elevado -cuando es masiva, arrasa el PSOE-. El PP llegó al 20D muy tocado por la crisis y los casos de corrupción y, aún así, se quedó a 1.614 votos de ganar esas mismas elecciones que ganó en 2011 por 88.646 votos de diferencia sobre el PSOE, que ahora afronta los comicios en la provincia con un ojo puesto a su derecha por cuanto para ellos sería un éxito repetir victoria en la situación actual aunque fuese por un solo voto y, el otro, cual camaleón bizco, a su izquierda, pensando que la suma del partido Podemos e IU no les pasará pero, claro está, haciendo números. Y estos dicen que entre ambas formaciones sumaron el 20D 169.013 votos, el 26,20 por ciento, solo 11.654 votos menos que el PSOE, que obtuvo el 28 por ciento de sus 180.667 papeletas. Claro está que en política, lo dicen todos, dos más dos no son cuatro y que de esta unión saldrá un porcentaje de votos no conformes hacia el PSOE, también es lógico pensar que éste pierda por el centro hacia Ciudadanos y estos, a su vez, por la derecha hacia el PP, que a priori parece que es el que afronta las elecciones con el voto más definido por cuanto quien les votó hace seis meses, pese a su pesada carga de chinas de río en la mochila, lo hará con ímpetu y brío renovado ahora por cuanto se puedan sentir amenazados por la temida confabulación bolivariana de la izquierda. ¿Ciudadanos? Sin prácticamente ningún peso político en la provincia, sin rostros conocidos, se agarrará de nuevo al tirón mediático de Rivera y a cómo este logre manejarse en sus apariciones televisivas, lo cual a día de hoy no parece demasiado para consolidar un proyecto político de futuro.

El mayor porcentaje de voto de la provincia se concentra, en principio, en las ocho poblaciones de más de 50.000 habitantes. De ellas, Jerez, donde votaron 113.948 personas, medirá si el gobierno local y sus trifulcas internas con divisiones y demandas y póker de por medio afecta a la situación electoral o el PP, con Pelayo renovada y sacudida de su proceso judicial y todo cada día más en manos de Saldaña, mantiene los más de 32.000 votos de hace seis meses; la suma de Podemos con IU les podría acercar bastante a PSOE, a menos de dos mil votos. En Algecirasnada hace prever que Landaluce no logre mantener al PP como fuerza más votada a poco que se esmere en campaña y habrá que ver si recupera algo de los más de diez mil votos que se le fueron a Ciudadanos porque el PSOE allí mantiene en generales un porcentaje bastante similar y que está en torno al 25, mientras que en San Fernando habrá que ver si estos meses le han servido a su alcaldesa, Patricia Cavada, para consolidar voto e intentar esta vez ganarle al PP o, en cambio, la debilidad de su gobierno en coalición con el PA, que a punto ha estado en Andalucía de fusionarse en otra lista para estas generales, vuelven a darle la victoria a un Loaiza que, aún tentado, no ha insistido más de la cuenta a Sanz para ir esta vez en las listas al Senado como pudo la otra vez y, equivocado, lo reconoce, declinó oferta. Cavada mantiene un pulso cada día más cruento con José María Román, el último capítulo a cuentas del CTI, que podría irse de allí aChiclana, donde la suma de Podemos e IU el 20D les dejaría, extrapolando datos y con las consiguientes dudas que el hecho provoca, a solo 37 votos del PSOE, segunda fuerza tras el PP en las pasadas generales. A Román le tienen bien tomada la matrícula en San Vicente por sus afinidades con Pedro Sánchez, motivo por el cual, también y quizás, la presidenta Díaz arrinconara airada, muy de ella, en la cafetería del Parlamento hace solo unos días a Luis Pizarro, veterano alcalaíno que se comió la bronca en silencio pensando mientras asentía, quizás, en el guión del documental de televisión que se prepara sobre su árbol genealógico y otras parentelas porque los Pizarro son como la raíz de un árbol milenario, muy extensa.

En El Puerto de Santa María la situación cada día resulta más chocante con un gobierno local que, lejos de consolidarse, cada día se ofrece más divertido: se duermen y la mitad del gobierno llega tarde a un pleno de urgencia, pierden banderas azules, no saben cómo explicarse ante el lío de los aparcamientos y, claro está, de todo culpan a la prensa, que resulta muy recurrente para el podemismo y aliados, mientras que en Cádiz será interesante ver cómo el ciudadano valora  el desarrollo de una situación política indescriptible y, como bien apunta el delegado del Gobierno, López Gil, que resulta como "el show de la cabra": Romaní y Bruno García disputando el lugar de Teo, el PSOE valorando la moción de censura sobre quien puso y ahora detesta y el partido Podemos haciendo cuentas porque con IU podría ser primera fuerza con el resultado del 20D. Pero en diciembre hay más ánimos de chirigoteo que ahora, calculan otros. ¿Sanlúcar? Prepara la Feria de la Manzanilla, que se celebra esta próxima semana, Calzada sobre donde seguro se concentrará parte del politiqueo provincial trasladando allí agenda de campaña. No está previsto que Víctor Mora, que mantiene una lejanía cordial, afectuosa y sincera, con la ex alcaldesa y presidenta de Diputación, Irene García, sufra para ganar de nuevo, si bien es cierto que la suma de Unidos Podemos podría aproximársele bastante. Habrá que ver si el PP se acerca al resultado del 2011 cuando se quedó a solo 139 votos del PSOE o, en cambio, más al de 2015 con una diferencia de 2.111. Y en La Línea el PSOE puede repetir triunfo, si bien es cierto que el voto de 100X100 podría irse en parte hacia PP, de quien son cercanos y quienes intentan abducirles pese a que se resisten ante la idea de crear un partido comarcal para el Campo de Gibraltar exportando el modelo linense a otros municipios como, por ejemplo, Los Barrios, donde habrá que ver si su actual alcalde, Jorge Romero, vuelve a ser candidato por otra formación pese a que firmara en su día ante notario no asentarse en ilustre sillón más allá de ocho años.

Claro que la provincia es más grande, pero el espacio no y habrá más jardines para desmenuzar matojos e intrigas localizadas en otros ámbitos y que, quede claro, no resuelven nada, aportan pimienta, eso sí, afectan lo justo, casi nada, pero son como el salsa rosa de la política local; cierto que entretienen mucho y, en resumen, es como quien pasa meses montando un puzle de cinco mil piezas para, una vez terminado, concluir que la imagen rota final es un asco.

Bomarzo

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