Hablan abiertamente de pérdidas cuantiosas los propietarios de chiringuitos de la playa de Camposoto, de falta de actividad los monitores de surf, del daño que puede sufrir a corto y medio plazo no sólo San Fernando sino la provincia de Cádiz por un verano en el que desde que comenzó al Feria del Carmen y la Sal saltó el levante y apenas diez o doce días se han permitido abrir las terrazas de la playa.
El resto cerradas a cal y canto, no sólo para que no entrara la arena, sino porque no había motivo para abrir. Las fuertes rachas de viento han sido de las que impiden estar en la playa, con la arena clavando como puntillas en el cuerpo y lo que es peor, viendo las páginas especializadas que las treguas no llegaban por ningún lado.
Sólo algunos días de primeros de agosto amainó para que la playa se llenara y la gente disfrutara y sólo a finales de agosto ha habido un fin de semana en el que se puso el cartel del completo en todos los aparcamientos, precisamente en una de las playas con más aparcamientos de la provincia. Eso sí, a costa de obligar a los peatones a jugársela entre la línea de la acera y la de la calzada.
Lo peor de todo es que este viernes vuelve el levante, posiblemente de menor intensidad, pero quizá suficiente para que el negocio no funcione. Eso sí y quitando el triste suceso del mes de julio, también ha habido menos actividad de lo normal, lógico ante menos gente de lo normal.
Las banderas instaladas en la playa son las que han dejado constancia del verano que ha hecho. Rotas a jirones por el viento.
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