Viajes

Por la Alpujarra almeriense

El agua, la naturaleza y la historia son los principales atractivos de una comarca que tiene mucho que ofrecer

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  • El río Andarax -

El agua fluye por esta comarca aunque hayan sido escasas las lluvias. Brota de la tierra, serpentea por el valle, define calles y plazas de sus pueblos, marca el pasado y el futuro de una comarca, la de la Alpujarra almeriense, enclavada en la historia, definiendo las civilizaciones y culturas que han sobrevivido entre las sierras Nevada y de Gador, viviendo de la agricultura, de la ganadería, de la minería o del turismo rural.

Hoy nos marchamos hasta la alta Alpujarra almeriense, marcada por la cultura musulmana y último reducto de los moriscos antes de que fueran expulsados hacia África. Historia viva que ha dejado profundas huellas en la fisonomía de sus pueblos, aunque la agricultura, la ganadería y la minería terminaron de forjar una comarca acogedora, de migrantes (los que se fueron y los que vinieron) y que ha sabido aprovechar los recursos que le aporta la tierra, especialmente por el turismo activo, uno de los atractivos más interesantes de la zona.

Quizás algo eclipsada por sus vecinos de la Alpujarra granadina, la comarca ubicada en la falda este de Sierra Nevada no tiene nada que envidiar a sus hermanos del oeste. Especialmente por el agua: fluye de la tierra y de las nieves, marcando la naturaleza de sus gentes y sus pequeños pueblos, que llegaron a ser tan importantes como para acoger a Boabdil. El último rey de la dinastía nazarí se refugió en esta comarca tras perder Granada y tenía razones de peso para hacerlo.
Laujar de Andarax es el centro de esta comarca y la localidad toma especial importancia en la época musulmana. Es en ella donde se refugia Boabdil antes de ser expulsado a África, aunque queden sólo pequeños vestigios de la Alcazaba donde residió, destrozada tras la represión de la rebelión de los moriscos y la guerra de la Alpujarra, con Abenm Humeya al frente, allá por 1570.

Recorrer Laujar de Andarax es recorrer su historia y mejor si es de la mano de un buen guía que conozca todos los detalles. La empresa InnovAlpujarra es una buena opción para recorrer las diferentes rutas turísticas de la localidad, especialmente la de los Pilares, donde las fuentes son las que marcan los hitos históricos de Laujar. Empezando por la del Ayuntamiento, con agradecimiento incluido grabado en piedra, la ruta va buscando los pocos vestigios que quedan de una alcazaba que dominaba todo el valle del Andarax.

En el paseo, la iglesia de la Encarnación, de apariencia mudéjar pero reflejo del primer barroco arquitectónico, con un retablo en el que destaca la Inmaculada de la escuela de Alonso Cano, y con un órgano que espera, desde la época de la Guerra Civil, a que vuelvan a sonar las notas, sin tubos porque sus metales fueron fundidos para la contienda. La iglesia tiene como vecina una casa singular, de las pocas señoriales que aún quedan en pie, aunque es, quizás, más interesante el solar contiguo, donde se puede apreciar cómo las rocas en las que se asienta Laujar también se utilizaban para habitarlas.

Serpentear por sus calles es intentar buscar entre las construcciones modernas cómo quedan vestigios de la arquitectura popular de la zona (que sí se mantiene en la Alpujarra granadina). Quedan aún balconadas significativas, construcciones hechas hacia el interior; alrededor de los numerosos pilares se mantienen trazados históricos y en varias de sus calles, con característicos desniveles, son geranios y macetas los que contrastan con la cal de sus paredes. La estrechez se hace más patente cuanto más cerca se está del paño de la alcazaba que aún se mantiene en pie, con escalinatas y calles estrechas que invitan a trasladarse a tiempos más remotos, cuando aún el rey era el morisco y miraba hacia el valle dominando su territorio.

Vestigios árabes pero también del poder de ciertas familias a lo largo de la historia, representadas en esas casas señoriales, quedan también en los pueblos y localidades más cercanos a Laujar. En Bayárcal es su importancia en la época de la edad media musulmana, cuando controlaba el trasiego del puerto de La Ragua, la que domina en el recorrido (y el aire más puro, según sus vecinos), mientras que en Alcolea es la huella morisca la que más destaca, junto con sus olivos y su red de acequias.

En Fondón se dan la mano la huella morisca y mudéjar con la minería del siglo XIX, escenario de la primera rebelión morisca y de la Guerra de la Independencia. Recorrer este pequeño y hermoso pueblo tiene un especial aliciente si se visita la Casa Palacio de las Godoyas. Propiedad en parte del Ayuntamiento y en parte de la familia originaria, su patio de arquerías de madera se ha convertido en el germen de un particular museo sin título en el que los propios vecinos muestran al mundo la historia local.

Si la historia es importante en esta comarca, no lo es menos su naturaleza. Existen multitud de empresas locales que le proporcionarán todo tipo de experiencias de turismo activo en sus impresionantes montes y valles, desde rutas de senderismo hasta esquí de fondo, pasando por la observación de la flora y la fauna. Y respirar, porque en esta comarca se le llenan a uno los pulmones de aire puro.

El encinar de Bayárcal y su coto micológico, el área recreativa de Agua Agria en Paterna o la de El Nacimiento en Laujar son algunas de los espacios en los que poder disfrutar de la naturaleza. La empresa de turismo activo Al-Mihras lleva casi dos décadas ofreciendo los recursos naturales a los visitantes, y un corto paseo (de algo más de una hora) desde el Área del Nacimiento hasta la Era del Chillo, en paralelo al río Andarax, sobre todo en esta época del año, permite conocer la historia de una sierra en la que hasta hace 60 años vivían los laujareños de la ganadería y la agricultura durante todo el año hasta que llegaban las nieves y tenían que bajar al pueblo y trasladar el ganado en trashumancia hasta lo que es ahora el mar de plásticos de El Ejido o Adra, superando la sierra de Gador. Curioso ver cómo el uso de las terrazas para sembrar se reproduce en nuestros días para ubicar los invernaderos. Emprendedores y migrantes, porque igual que muchos han emigrado, más aún han inmigrado a estas tierras.

Y reflejo también de ese espíritu lo hallará en queserías o bodegas, porque la riqueza de los caldos de esta comarca es impresionante y algunas tan llamativas como Bodegas y Viñedos Laujar (aunque esté en Fuente Palmera), de apenas diez años de antigüedad y que utiliza una antigua balsa de agua minera como bodega para envejecer sus caldos en barricas de madera.

La Villa de Laujar, un hotel rural que lo tiene todo

Existen muchas razones para visitar la Alpujarra almeriense y una de ellas puede ser disfrutar del magnífico alojamiento que ofrece la Villa de Laujar. Como todas las Villas de Andalucía, es un hotel rural de tres estrellas, cuya principal característica es conformar un pequeño pueblo que se funde con la arquitectura típica de la zona. Partiendo de un edificio principal, el complejo se extiende sobre una parcela de 50.000 metros cuadrados y cuenta con piscina, mirador, huerto y 31 habitaciones en forma de villas, algunas de gran capacidad e incluso con piscina privada incluida.
La Villa de Laujar está situada a las faldas del pueblo que le da nombre y desde ella se aprecia todo el valle del alto Andarax, siendo un lugar idóneo como punto de partida para recorrer la comarca.

Uno de los principales atractivos de esta villa es, simplemente, estar allí, recorrerla y sentir la naturaleza. Si es un día de viento, te sientes en plena sierra, escuchando los árboles bailando al ritmo de las ráfagas que vienen de la montaña y que anuncian que nevará en las cumbres. Y a la mañana siguiente, abres la ventana buscando la nieve: no está en Laujar pero sí en Sierra Nevada y miras hacia las cumbres deseando ser capaz de hacer esquí de fondo.

De hecho, desde la propia Villa de Laujar facilitan al visitante acceder a cualquier actividad de las que se realizan en toda la comarca. Ofrecen información y contacto con las empresas que realizan rutas de senderismo, con las especialistas en deportes de invierno en el puerto de La Ragua o de aventura, como parapente, montañismo, ala delta o tirolina.

La propia Villa de Laujar organiza numerosas actividades para sus visitantes y entre ellas se encuentran los paseos a caballo, por la misma parcela de la villa para principiantes, y por el exterior para los más experimentados.

Existen varias rutas alrededor de la villa que permiten disfrutar del entorno subidos a lomos de un caballo, e incluso una de ellas alcanza hasta la pedanía cercana de Fuente Victoria, que pertenece al pueblo de Fondón. La que suscribe estas líneas, sufrió de lo lindo a lomos de su yegua por pura inexperiencia: déjese llevar por los guías y confíe en su caballo, porque es una experiencia más que gratificante, aunque luego todo su cuerpo se acuerde del paseo y de los equinos.

Otro aspecto más que recomendable de esta villa es el trato del personal y, sobre todo, el restaurante. Aproveche que está en una tierra de buenas materias primas y elija los manjares de la comarca. Y, sobre todo, báñelos con sus vinos. Una sorpresa.

 

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