Los propietarios de las viviendas de Las Marismas, situadas justo enfrente del Parque de Sacramento, han decidido este miércoles salir a la calle para protestar por la situación que vienen padeciendo año tras año. Están cansados de soportar la celebración de botellonas justo debajo de sus casas, las constante pintadas en las paredes de los bloques, consumo de drogas y hasta caso de violencia.
Nadie mueve un dedo y es por ello que han decidido salir a la calle pancarta en mano para dar a conocer a la sociedad y a las autoridades lo que están sufriendo, algo que volverá a acrecentarse con la llegada del buen tiempo en los próximos meses.
Manuel Piñero ejerció como representante de los vecinos de la urbanización de Las Marismas y narraba qué es lo que está sucediendo exactamente. “Lleva mos ya muchos años que los chavales vienen, toman la barriada y se ponen aquí a hacer la botellona, a hacer pintadas, amenazan a algunos vecinos si le dicen algo, hace unos días tiraron una botella al interior de la casa de una vecina por la ventana. Ella lo denunció y, al parecer la Policía no le ha hecho caso”.
A ello se une “el ruido nocturno y la venta de drogas. Tienen a la barriada hecha un asco. Estamos hartos de arreglar la barriada y cada vez que terminamos empiezan a pintar todas las paredes de nuevo. Llevamos varios años denunciando esta situación, e incluso hemos hablado con el jefe de la Policía Local y nos dijo que se iban a tomar medidas, pero no se ha hecho nada. Estamos hartos y ya no sabemos a quién acudir”.
Manuel Piñero dice que en invierno la situación se hace más insostenible durante los fines de semana, pero en verano la barriada se convierte en un hervidero de jóvenes durante todos los días y a altas horas de la noche.
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