Andalucía

Un auténtico destino de cine

Rutas basadas en producciones cinematográficas y viajes a partir de los escenarios que utilizaron para los rodajes

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  • Baeza -

Paisajes increíbles, montañas nevadas durante seis meses, mil kilómetros de costa, el mayor desierto europeo o un patrimonio monumental envidiable son algunos de los escenarios que han sido escogidos por producciones audiovisuales para hacer de Andalucía un verdadero plató de cine. Y se han convertido, además, en destino de peregrinación para los seguidores de determinadas producciones, como es el caso de Juego de Tronos, cuyos escenarios en Sevilla capital o en Osuna han acumulado a sus atractivos el ser parte esencial de su rodaje.

El auge del cine andaluz está teniendo un reflejo directo en las localizaciones en las que han tenido lugar los rodajes de las películas y, aunque se diseña una Gran Ruta del Cine que ofrezca un recorrido por cada uno de los lugares en los que una cámara, un actor o una recreación bélica haya saltado a la pantalla, ya existen varias rutas que elegir.

Por la inmensidad del paraje, recomendamos empezar por El corazón de la Tierra, una película que adapta la novela de Juan Cobos Wilkins y que relata la primera protesta ecológica que se vivió en Minas de Riotinto, aquel “año de los tiros” que dejó “una dolorosa cicatriz que perdura silenciosa y profunda en el corazón de todos”.



La ruta recorre las distintas comarcas de la provincia de Huelva que acogieron el rodaje de la película de Antonio Cuadri. Desde las playas de Mazagón hasta Nerva, al norte de la provincia, donde se rodaron las escenas de la estación del tren y cuenta con un Museo Ferroviario, un Centro de Arte Moderno y otro de la Naturaleza con alojamiento. La ruta también pasa por Trigueros, con numerosos monumentos de interés turístico como la Iglesia de San Antón, el Convento del Carmen y el Colegio de los Jesuitas, y por Linares de la Sierra, paraíso para los amantes de la naturaleza y el senderismo, sirvió para recrear el antiguo pueblo de Riotinto. Allí se rodaron las escenas de la manifestación que terminó en masacre. Por último, en Minas de Riotinto se puede visitar el barrio inglés de Bellavista, conservado en perfecto estado, y el gran escenario de la película: la Corta Atalaya, un paisaje espectacular fruto de 5.000 años de explotación minera.

La ruta de Alatriste permite adentrarse en el impresionante patrimonio monumental de Úbeda y Baeza. La producción dirigida por Agustín Díaz Yanes y basada en las aventuras y desventuras de Diego Alatriste, el personaje del siglo XVII más conocido de Arturo Pérez Reverte, recorre las callejuelas de las dos ciudades renacentistas declaradas Patrimonio de la Humanidad. La sede de la antigua Universidad, en la primera, y el Palacio de las Cadenas, en la segunda, también fueron escenarios del rodaje. La ruta trasciende a Jaén e incluye las impresionantes playas gaditanas de Castilnovo (Conil), Valdevaquero y Punta Paloma (Tarifa) y La Caleta, en la capital, donde se recrearon distintas escenas de desembarco con numerosos extras. El Castillo de San Sebastián en Cádiz, donde se recreó una cárcel; la Casa de la Moneda como un corral de comedias en Sevilla; o el Monasterio de San Isidoro del Campo en  Santiponce, son otros de sus escenarios.

Ciudades y naturaleza

Otra de las rutas es la de El camino de los ingleses, dirigida por Antonio Banderas tras adaptar la novela de Antonio Soler, utilizando como escenario su Málaga natal: la Plaza de la Merced, el palacio de los Gálvez de Macharaviaya o la Casa del Conde, además del Castillo de Gibralfaro o la popular bodega ‘El Pimpi’. A destacar que, al no poderse emplear en la película el camino de los ingleses original, el Camino de Antequera, éste se recreara en la calle Grice-Hutchinson de la barriada de Churriana, que ahora se denomina calle El Camino de los Ingleses.

La naturaleza es la que domina en la ruta Entrelobos, que narra la historia real de un niño que, vendido tras la Guerra Civil, se quedó sólo entre lobos, águilas y una serpiente. El impresionante paisaje en el que se recrea esta historia es el Parque Natural Sierra de Cardeña y Montoro, 40.000 hectáreas de mosques y montes delimitados al norte por la belleza de la localidad de Azuel y al sur por Montoro, con su monumental caso urbano, un recorrido que marca el río Yeguas entre dehesas y bosques de acebuches, romero, jara y torvisco.

También pueden realizar un fabuloso viaje siguiendo los lugares donde se rodaron los exteriores de Lawrence de Arabia. En Sevilla, la Plaza de España fue el cuartel general británico en El Cairo, la Casa de Pilatos acogió el encuentro entre Lawrence y el general Allenby, o el hotel Alfonso XIII recreaba el club de oficiales. Mientras, en la playa del Algarrobico de Almería se construyó un poblado que recreaba Aqaba, las dunas entre El Toyo y San Miguel de Salinas acogieron las escena de la voladura del tren y en el desierto de Tabernas se plantaron palmeras para idealizar el oasis de la película.

Existen numerosas producciones cinematográficas que han elegido como escenario a nuestros pueblos y ciudades. Es el caso, por ejemplo, de la también laureada Solas, cuyo rodaje se realizó en Carmona, y también en Sevilla capital, u otras más históricas como Carmen, rodada en ciudades como Córdoba, Sevilla, Málaga, ademas de en la impresionante localidad de Ronda.

Las marismas, un paisaje que nunca ha sido mínimo

Indudablemente, La Isla Mínima se ha convertido en el gran éxito del cine andaluz de los últimos tiempos pero una parte muy importante de este protagonismo se lo lleva un paisaje que merece la pena visitar, especialmente desde el aire: la inmensidad del Guadalquivir adentrándose en la tierra, sus recovecos y meandros, la labor humana titánica para ir ganándole espacio al agua y cultivarla hacen de este lugar un paisaje único cuya inmensidad sólo es posible apreciar con la distancia que da la altura.

Entre el Guadalquivir y los Brazos del Este y de la Torre se encuentran las denominadas islas Mayor y Menor, cuyos cauces y meandros sirven de escenario argumental a La Isla Mínima. El paisaje de los arrozales es radicalmente plano, inundado medio año, polvoriento el otro, en el que solo sobresalen los rectilíneos muros de los canales de agua que delimitan las tablas de arroz y alguna construcción o árbol singulares que sirven de referencia en decenas de kilómetros cuadrados.

Las geométricas tablas de arroz contrastan con la enrevesada red hídrica del estuario del Guadalquivir, como reflejan las fotos aéreas que cada mes realiza, desde hace décadas, el investigador de la Estación Biológica de Doñana (CSIC) Héctor Garrido, algunas de cuyas imágenes de esta "armonía fractal de Doñana" ilustran La Isla Mínima.

Las bandadas de miles de aves que viven en los arrozales conforman uno de los espectáculos más singulares de estas marismas, inalteradas durante siglos, aisladas por periódicas inundaciones y por la malaria y con un uso ganadero y cinegético marginal.

Hasta siete localizaciones con las que “perderse en los centenares de caminos entre arrozales” y con las que recordar el largometraje hecho enteramente en Sevilla. Desde el embarcadero de La Puebla del Río, donde se sitúa la casa del barquero, el padre de las niñas desaparecidas, los alrededores de Isla Mayor -ahí se grabaron casi la totalidad de las escenas-, la zona conocida como Veta la Palma -una finca privada de Isla Mayor que con sus espectaculares atardeceres y amaneceres junto al Guadalquivir y entre arrozales ofrece las escenas más impactantes del film- o el Brazo de los Jerónimos, en el que entre cañas y juncos transcurre el recorrido de una barcaza que transporta a los personajes principales. Todas estas localizaciones están incluidas en la ruta de película que Andalucía Film Comission, Prodetur y la Junta han creado tras el éxito del film.

 

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