Sala 3

Guardianes de la Galaxia 2

Gunn se toma la libertad de realizar una pausa en el desarrollo narrativo de este colosal universo para desarrollar con mimo el arco de sus queridos personajes

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  • Guardianes de la Galaxia 2 -

Los amigos son la familia que uno escoge. Sé que suena a tópico candoroso —de hecho lo es— pero a veces las frases hechas pueden encerrar verdades universales tan trascendentes como la que nos ocupa. Que los rincones de la galaxia se cuenten por infinitos pasa de ser un dato abrumador a excitante si tienes a un amigo a tu lado con quien perderte viajando por todos ellos.
No todos los lazos que nos unen y nos definen tienen por qué ser de raza ni de sangre; algunos se forjan con la risa, la confianza y la camaradería del que te entiende porque, siendo completamente diferente a ti, es como tú. Y poco importa entonces de dónde vengáis ni hasta donde lleguéis si en adelante estáis juntos.
James Gunn tomó en 2014 a los antihéroes más desconocidos del Universo Marvel para crear una familia disfuncional e hilarante que, tres años después, son mundialmente conocidos como los Guardianes de la Galaxia.
Si Super (2010) —primer acercamiento de Gunn al mundo de los superhéroes— se auto-definía como el espacio entre viñetas, Guardianes de la Galaxia Vol. 2 (2017) se convierte en la traslación de esa premisa al propio Universo Cinematográfico de Marvel.
Así, Gunn se toma la libertad de realizar una pausa en el desarrollo narrativo de este colosal universo para desarrollar con mimo el arco de sus queridos personajes y explotar en el proceso sus extravagantes cualidades creativas, obteniendo una secuela que es, además de una continuación orgánica y natural, una película mayor que su antecesora.
Este “exceso” de libertad argumental y creativa al que no estamos acostumbrados, se plasma en la reiteración cansina de elementos burdos y característicos de su estilo de niño grande con el corazón roto, y puede llegar a irritar a todo aquel que esperase una secuela al uso, pero esta cara B de la cinta original se caracteriza precisamente —y ahí reposa su virtud— por su total carencia de complejos y por el tremendo amor propio que profesa por todos sus personajes y la infinita galaxia que guardan, convirtiéndolos en el motivo principal de una obra escrita y dirigida con el corazón.
Gags estirados hasta límites insospechados; una innovación visual y artística plasmada sin tapujos desde los alucinantes créditos iniciales; una paleta de colores que se atreve a inventar algunos nuevos; un excelente —ya es habitual— uso del soundtrack y un genial uso del diálogo como fundamento de las relaciones interpersonales de los personajes y como determinante para potenciar y definir posteriormente las relaciones intrapersonales de cada uno de ellos hacen de este Vol.2 una segunda parte impepinablemente buena, lo que nos sirve, además, para ejemplificar que otro tipo de tópicos no siempre funcionan.

Para leer más sobre cine puedes visitar mi blog elmurodedocsportello.wordpress.com

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