Izquierda Unida ha sabido dar en el clavo. La perfecta simbiosis entre una cuidada y variada oferta cultural y lo novedoso de su formato cautivaron un año más a un nutrido número de personas que respaldaron ayer con su presencia la III edición de la Noche en Rojo de IU.
Con la caída de la tarde y sustituyendo el tradicional inicio en el Castillo de Luna de este recorrido cultural a través de las calles de Rota por la playa del Caracol, daba comienzo la III Noche en Rojo ante la mirada atónita de roteños y veraneantes que aún se encontraban disfrutando de una jornada junto al mar. Sin la necesidad de presentación previa por parte de un maestro de ceremonias, la torrencial voz de la artista gaditana Leo Power encandiló a los presentes con un completo repertorio en el que no faltaron las alegrías y tanguillos e incluso algún tango argentino por bulerías.
Finalizada esta primera actuación, el ritmo de la percusión de varias batucadas roteñas guió al ya concurrido auditorio hasta el siguiente punto de esta dinámica muestra cultural callejera. El gracejo y la ironía de la actriz Rocío López Segovia les aguardaba en la calle Puyana para narrar a los asistentes, cual Cleopatra gaditana, los amores y desventuras de una reina de Egipto muy carnavalesca.
Precedida por los malabares de los integrantes de los Talleres de Circo de la asociación McBonaro, recaló la comitiva de la III Noche en Rojo de Izquierda Unida en el faro roteño. Allí, dos jóvenes pertenecientes a la compañía de Ana Loeffel se entregaron de manera hermosa y sincronizada a la
danza contemporánea en un baile simultáneo vinculado al azar de unos misteriosos dados.
De nuevo, los malabares y las artes circenses de la asociación McBonaro se adueñaron de la calle las Almenas, siguiente punto de encuentro del recorrido, con sus llamativas acrobacias y ejercicios ante un público que los contemplaba con atención.
Por último, el son de las batucadas condujo una vez más a los asistentes hasta la plaza de la Merced donde el rock-rumba de Daniel Mata en el Callejón del Gato no defraudó regalando al público de la Noche en Rojo un final de fiesta plagado de las canciones de este singular artista que se ríe con el mundo a través de la belleza, la injusticia, la ternura, y, ante todo, el humor.
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