San Fermín para todos los gustos

Es cierto que los sanfermines son unas fiestas que acogen a todo el mundo, y como muestra están todos los actos que se organizan, este año 443, para todas las edades y los públicos

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  • SAN FERMÍN -

El próximo 6 de julio dará comienzo una de las fiestas más conocidas del panorama nacional, los Sanfermines. Toda Pamplona se convertirá en una multitud de blanco y rojo que celebrará en cada una de sus calles una fiesta que se torna, a cada año, más internacional.

   Sin embargo la gran afluencia de gente, y más aún desde la llegada de extranjeros, está provocando que las tradiciones pasen desapercibidas e incluso queden olvidadas frente al atractivo de la fiesta y el alcohol.

UNA FIESTA, PERO NO DE DISFRACES.

   Es cierto que los sanfermines son unas fiestas que acogen a todo el mundo, y como muestra están todos los actos que se organizan, este año 443, para todas las edades y los públicos.

   Los pequeños de la casa disfrutarán en la Plaza de Conde de Rodezno, donde todos los días habrá actuaciones y atracciones para ellos, o si no en las 'barracas', que un año más se sitúan en el Parque de la Runa y que el 15 de julio dispondrán de precios reducidos para que toda la familia disfrute.

Los jóvenes también dispondrán de su espacio con música electrónica en la Plaza de los Fueros, para continuar con el baile, y la diversión, en la verbena de Antoniuti. Mientras tanto los mayores podrán disfrutar de grandes conciertos de los clásicos del pop como Fangoria, Nacha Pop o Loquillo.

   Aunque sin duda son los fuegos artificiales el momento ideal para juntar a toda la familia y disfrutar de un espectáculo visual que mejora año tras año, no en vano es uno de los concurso pirotécnicos más importantes del país en el que las mejores pirotecnias compiten para deleite del público sanferminero.

   Sin embargo, este ambiente tradicionalmente familiar se ve a veces empañado por algunos turistas que, generalmente desinformados, acuden a Pamplona disfrazados de toreros, toros y cualquier otra cosa que se les pase por la cabeza solo por el mero afán de diversión y que, en vez de intentar conocer y vivir los sanfermines, se bastan con tomar 'la típica' paella en alguno de los puestos que rondan la Taconera y dormir, empapados en vino, hasta que llegue la noche una vez más.

TRADICIÓN EN ESTADO PURO.

   En San Fermín, más que nunca, está arraigada la filosofía del 'momentico', esos instantes, a veces fugaces, que hacen que los pelos se pongan en punta. Uno de ellos es el Chupinazo de la Plaza Consistorial, ya sea en la propia plaza, en los aledaños, o incluso frente al televisor, los pañuelos se alzan a segundos de que el cohete dé el inicio a las fiestas y toda Pamplona grita "¡Viva San Fermín! ¡Gora San Fermín!" creando una única voz que da la bienvenida a un año más de recuerdos imborrables.

   Otro de los grandes 'momenticos' que San Fermín nos deja, el día 7 a partir de las 10 de la mañana, es la procesión del santo, que se introduce en las antiguas calles de su ciudad y que encuentra a su paso balcones abarrotados de fieles y curiosos y cánticos en su honor, como es el caso de la 'Aurora', seguido por los gigantes y cabezudos quienes despiertan entre los más pequeños, una extraña pero interesante mezcla entre el asombro y el miedo.

   También los toros son parte de la tradición sanferminera, desde el 'Encierrillo' que tiene lugar a las 21:45 y al que se acude sólo por invitación,. hasta el popular encierro que acoge a miles de corredores todos los años, finalizando con las corridas que tienen lugar cada tarde en la Plaza de Toros y en el toro de fuego en la Cuesta de Santo Domingo.

   Además, durante el día, las calles de Pamplona se llenan de exhibiciones de deporte rural (aizkolaris y harrijasotzailes), bailes tradicionales y lo que el ayuntamiento ha bautizado como 'Música de aquí', es decir, música tradicional de txistu y gaita.

   Sin embargo, cada vez son más los vistantes que ignoran estas costumbres y que saltan al recorrido del encierro sin conocer los peligros que eso entraña (pese al gran trabajo de control de la policía en los momentos previos) y que incumplen algunas de las normas básicas, pudiendo causar problemas no sólo para ellos sino también para el resto de corredores, o cuya 'tradición' más destacada es el 'fuenting' que se ha cobrado ya varias víctimas.

UN SAN FERMÍN QUE NO ES SAN FERMÍN.

   Es por esta desinformación generalizada --o 'pasotismo', nunca se sabe-- que estas fiestas, cuya tradición comenzó en la Edad Media, han cambiado en los últimos años a un espectáculo donde el respeto mutuo, la hermandad y la alegría con las que se iniciaron se ven empañadas por otro tipo de atractivos.

   Se siente un San Fermín que no es San Fermín, en el que altercados y agresiones aumentan, en el que Pamplona se vuelve destino de despedidas de soltero al más puro estilo de 'Resacón en Las Vegas', y donde las tradiciones, pese a que permanecen, sólo son descubiertas por los 'novatos' de casualidad.

Tantas experiencias, tantos momentos, que no caben en un solo reportaje, es por esto que San Fermín es una fiesta para vivirla, para sentirla por completo, para dejar que te asombre y te enseñe, año tras año, los mejor de sus gentes, de sus experiencias y de Pamplona en sí misma.

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