Lleno en San Cristóbal. El barrio volvió a convertirse en el centro de la Pasión. El fervor se apoderó de quienes aguardaban la salida del Prendimiento. La Hermandad, que fue la única que salió los dos últimos años pero que vivió dos deslucidas procesiones a causa de la lluvia, quiso disfrutar como no lo hizo en las anteriores semanas de Pasión, y volvió a conseguir meterse en el bolsillo a quienes disfrutaron con el característico trabajo costalero del genial misterio de esta joven hermandad rondeña.
Diez años cumplía la Hermandad realizando estaciones de penitencia. Y pese a su juventud, logró El Prendimiento un lugar no sólo en el Domingo de Ramos, sino en la Semana Santa de Ronda.
A las cinco de la tarde se abrieron las puertas de San Cristóbal, y salió la Cruz de Guía. Hubo de esperar a las bandas de música, que retrasaron unos minutos el cortejo por venir desfilando por la misma calle por donde debía iniciarse el discurrir del cortejo.
Arriate comenzó a tocar bendición y el misterio empezó a caminar. Chicotá interminable hasta bien entrada Castro Sandanza. Hasta tres revirás, sin descanso; el Prendimiento montó el lío; aplausos sin cesar. Excelente trabajo costalero, y de la cuadrilla de capateces encabezada por Juan Carlos Marín, el Hermano Mayor.
Y tras el Señor, la Virgen del Rosario. Y con ella, el azul y plata de cada tarde de Domingo de Ramos se tiñió de colores de primavera. Los bomberos de Ronda, que habían apostado una enorme grúa sobre la calle Castro Sandanza, derramaron flores y más flores; pétalos convertidos en un ensueño de primavera para la emoción de los presentes. Prendimeinto y Bomberos reafirmaban así su hermanamiento.
La Hermandad brilló en Tribuna y, en este especial décimo aniversario, acabó encerrándose en torno a la medianoche en la nueva Iglesia de San Rafael, adonde se dio cita numeroso público.
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