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Carta del Rey a diferentes destinatarios

Fechada en Madrid, el 18 de septiembre de 2012, aparece en la web de la Casa Real una carta de S.M. el Rey Don Juan Carlos. La lectura sosegada de este texto que se publica a escasas fechas de la multitudinaria manifestación popular de cientos de miles de personas en Barcelona, permite conferirle u

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Fechada en  Madrid, el 18 de septiembre de 2012, aparece en la web de la Casa Real una carta de S.M. el Rey Don Juan Carlos. La lectura sosegada de este texto que se publica a escasas fechas de la multitudinaria manifestación popular de cientos de miles de personas en Barcelona, permite conferirle una determinada intencionalidad. Se refiere el monarca a dos asuntos que él entiende  son  imprescindibles que se tengan claro por parte de los españoles  en la “difícil coyuntura económica, política y también social” como define el presente. El primero la Unidad  y el segundo los valores de la transición democrática. Para enfatizar el tema de la Unidad manifiesta que “lo peor que podemos hacer es dividir fuerzas, alentar disensiones, perseguir quimeras, ahondar heridas”. 

Curioso será hacer un ejercicio de imaginarse a que conjunto de lectores el Rey se dirige. Ya que si el destinatario de ese párrafo fuese el presidente del Gobierno éste debería no dividir fuerzas (aunque tenga mayoría parlamentaria) buscando el consenso de toda la cámara, no debería alentar disensiones utilizando el rodillo (¿se acuerda el PP, de esta expresión acuñada por este partido cuando la mayoría socialista se imponía?). También debería el Sr Rajoy de “perseguir quimeras” algunas de ellas relacionadas con el pago de deuda (de los bancos) a cualquier precio y sobre todo dejar de ahondar las heridas que padece el pueblo a costa de provocar mucha sangría.

No obstante al Sr Rubalcaba o al SR. Toxo, también les viene bien el texto real si fuesen destinatarios de esas palabras. Y por supuesto a la Jerarquía eclesial, que a fuerza de estigmatizar el laicismo (laico es el común, lo que nos une), consigue dividir fuerzas, alentar disensiones, perseguir quimeras y ahondar las heridas.  En resumen que a cualquiera incluso a los presidentes de la gran banca y la gran patronal les vienen como anillo al dedo estas palabras y a ello (si realmente son realistas reales) deben aplicarse para seguir las indicaciones de su monarca.
Y  todos ellos deberían tomar nota también de las siguientes palabras: “No son estos tiempos buenos para escudriñar en las esencias ni para debatir si son galgos o podencos quienes amenazan nuestro modelo de convivencia”.  Aunque se entiende lo de “galgos o podencos” podríamos actualizarlo sobre “rescate Si, rescate no”. Porque el pueblo llano puede interpretar la palabras del rey en el sentido de que quienes más tienen también son más responsables de afrontar estos duros momentos. No deja lugar a dudas el escrito cuando afirma la necesidad de desarrollar  “la acción decidida y conjunta de la sociedad, a todos los niveles, en defensa del modelo democrático y social que entre todos hemos elegido”. Si bien D. Juan Carlos debería aclarar algo más, al objeto de hacerse comprender algo más por el común, a qué se refiere cuando escribe lo de  “todos los niveles” y denuncia  explícitamente la existencia de un ataque a la democracia, ya que arenga para que esta sea “defendida”. ¿De quién o quienes? Y para terminar un inciso el modelo social no se elige se construye y el nuestro ha costado muchas vidas de muchas gentes. Para terminar el monarca debe recordar las palabras que pronunció en su Discurso de Proclamación  como Rey de España el 22/11/1975.  “La Corona entiende también como deber fundamental el reconocimiento de los derechos sociales y económicos, cuyo fin es asegurar a todos los españoles las condiciones de carácter material que les permitan el efectivo ejercicio de todas sus libertades. Por lo tanto, hoy queremos proclamar que no queremos ni un español sin trabajo ni un trabajo que no permita a quien lo ejerce mantener con dignidad su vida personal y familiar, con acceso a los bienes de la cultura y de la economía para él y para sus hijos.”  SIN COMENTARIOS   

Rafael Fenoy Rico

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