Constitución y credo

Es discriminación y lo sabe, lo quiera justificar como quiera; lo que tiene que hacer es leerse el artículo 14 de la Constitución, y asumirlo. Tal cual, y salir con dos cojones y decir: “Sí, en la religión Católica los preceptos que tenemos son discriminatorios”, y todos tan contento

Publicidad Ai Publicidad AiPublicidad Ai

Me pide el cuerpo empezar como comienza sus magníficos telegramas el maestro Miguel Ángel Aguilar: señor obispo de Cádiz y Ceuta, lo que usted a hecho con Alex Salinas al prohibirle que sea padrino de bautizo de su sobrino por el simple hecho de ser transexual es discriminación, por mucho que usted quiera llamarlo esas zarandajas de que no entra en no sé que criterios de conducta, porque asevera que el padrino ha de velar por el crecimiento en la fe del bautizado y acompañarle para que aprenda de su mano los fundamentos doctrinales y morales de la fe cristiana, y claro, eso no es algo que un transexual creyente (que ya le vale), esté capacitado para hacer.
    Es discriminación y lo sabe, lo quiera justificar como quiera; lo que tiene que hacer, primero, es leerse el artículo 14 de la Constitución, y después, asumirlo.  Tal cual, y salir con dos cojones y decir: “Sí, en la religión Católica los preceptos que tenemos son discriminatorios”, y todos tan contentos. Porque, al  igual que yo no niego el derecho a creer en amigos invisibles y predicar que son dioses todopoderosos y vírgenes eternas, (si alguien me llama frívolo por esta afirmación ya se puede imaginar a estas alturas de la evolución científica y del pensamiento y la razón lo que se me antoja), exijo que ustedes, llamen a las cosas por su nombre, o lo mismo, les recuerdo sus cruzadas homófobas o que las mujeres no puedan ser ordenadas sacerdotes y de ahí avanzar en el escalafón de una jerarquía reservada sólo al macho. Y eso, a pesar de todo el márketing  que le quiera poner el Papa este que va predicando repartir puñetazos que tienen actualmente.
    Ahora bien, de todo esto, lo que más me molesta, como puede su ilustrísima imaginar. es que gran parte de este chiringuito retrógrado del que vive usted opulentamente (“vaya cuento, el de las Iglesia, que sin doblarla vivo en la riqueza”), se mantenga con dinero público, con el dinero de todas y de todos, con mi dinero, en definitiva, que tanto me cuesta cotizar.
    Ya sabemos, que anteponer el credo a la Constitución, en esta España tan sacra todavía, tan domeñada de sotanas, botafumeiros  y ministros meapilas, es opción válida, y así nos va. Así, que hagan lo que estimen oportuno, que por desgracia es también lo que le dejan, pero no nos señale a los que llamamos al pan, pan, al vino, vino, y a lo que se caga mierda. Y sí, lo que ustedes han hecho, y ya pueden ponerse como quieran, que justificarse sin razón ni pedir perdón son deportes nacional en España, es discriminación, pura y dura, algo en lo que la fe católica está licenciada y con varios másteres.

Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN