Que van delante de un león

Siempre parece que vamos tarde, como el conejo de Alicia, para como éste, llegar nunca a ninguna parte.

Publicidad AiPublicidad Ai

España sigue haciendo camino en su senda del desplome general. Vamos, perdiendo brillo sin remedio en todo. Quizás no nos vaya a salvar ya ni el hecho de que los catedráticos o los poetas aspiren a gobernar. Siempre parece que vamos tarde, como el conejo de Alicia, para como éste, llegar nunca a ninguna parte. Sin más. Son todos, saltos atrás o retrocesos consentidos, que viene a ser lo mismo, pero no es igual, retornos al pasado que nos han vendido como avances, cuando se trata de todo lo contrario. Y muchísimo más que eso. No hablo de que 39 años después de la muerte del Dictador se censure a un grupo de música (o algo que se le semeja muy de lejos) con la prohibición de un concierto. Hablo de cosas, seguramente, menos trascendentes (modo ironía on), como la pérdida de libertad de expresión con represión policial y ley mordaza, la ausencia de voluntad para echar de la política a los corruptos que los partidos de siempre siguen amparando, o la riqueza de unos pocos, que son los de siempre, a costa  de la miseria de muchos; tampoco de la pérdida de la sanidad pública universal y de la educación al alcance de todos y, en especial, de quienes menos tienen. Hablo de un dato que resulta esclarecedor como faro de lo que nos va guiando al precipicio (salvo que los votantes espabilemos): en el último  Europeo de atletismo España ha regresado a números de hace 21 años con sólo dos platas, dos cuartos puestos y nueve finalistas nada más. Es el resumen de una mala gestión por parte de quien preside (la Federación digo, aunque para el caso...), de la falta de apoyo y de inversión para el rey de los deportes, de la poca motivación al talento (el plusmarquista nacional de una especialidad tan difícil como es el triple salto recibió por batir la plusmarca de España 700 euros), de que los valores a día de hoy no apuntan hacia el sacrificio, el esfuerzo continuado, con el objetivo de obtener la correspondiente recompensa,  sino más bien al pelotazo fácil y, casi siempre, al amparo de desmanes audivisuales en TV. Menos brillo que cuando un equipo gana un partido que no le sirve para evitar el descenso de categoría.

Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN