De marca

Pero, ¿cuál es el problema? Que Cospedal defeca en la memoria de las víctimas del nazismo y le sale gratis

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La marca España empieza a ser cada día más la cara de tonto que se le queda a uno por tener la manía de vivir informado, de seguir la actualidad, de contrastar y de escuchar las opiniones de unos y otros. La marca España es un déficit que no hay quien nos diga cuánto es en realidad, y descubrir, que esa ayuda a los bancos (que no era un rescate) pese a lo que dijeron ministros del PP y presidente del Gobierno, sí se deja notar en el déficit, es decir, que sí nos lo comemos todos. La marca España empieza a ser, la sarta de mentiras que nos cuelan a diario, la criminalización de quienes les reprocha su falta de capacidad para rescatarnos de tanta penuria, la ocultación de la verdad, la insistencia en hacer desde el Gobierno todo lo contrario de lo que se prometió en campaña (lo que viene a ser mentir y quedarse tan panchos). La marca España viaja en sobres B. Es también, una secretaria general del partido que sustenta al gobierno (el peor de la reciente democracia ya con diferencia, y lo que queda), que frivoliza con lo que fueron los nazis y lo que hicieron, como si sus palabras no fueran miccionar en la memoria de cuantos sufrieron un horror de muertos trágicos, de vivos destrozados, de niños aniquilados, de seres mutilados y exterminados por centenas de miles. Hay que se muy malnacida, porque no pueden ser sólo las palabras de una imbécil. Pero, ¿cuál es el problema? Que Cospedal defeca en la memoria de las víctimas del nazismo y le sale gratis. Ahí sigue, como si tal cosa. ¡No van a estar justificados los escraches! La marca España es una Monarquía obsoleta, un gobierno que persigue al que protesta pacíficamente, pero rescata a los bancos que siguen sin sensibilidad ante los que pierden al menos, la vivienda (en el peor de los casos, la vida). La marca España es una infanta inimputable, y un Rey, que hay dos caminos, a cuál más terrible: que lo supiera o que no; porque si lo sabía malo, pero si no se enteró, peor, siempre peor.  Pero, por mucho que se huya de las imputaciones (a Catar, por ejemplo), nunca se escapa de los hechos (y la duda es el peor de ellos), siempre nos persiguen, sobre todo, si queda alguien para contarlos, aunque hasta con esto quieren acabar. La marca España recuerda a aquel chiste que se hacía con la serie Kung Fu como protagonista: -Pequeño Saltamontes: “Maestro, ¿robar es malo?; - Maestro: “No hijo, lo malo es que te cojan”. Y luego, con comparecer en una pantalla de plasma, ya está todo arreglado. En fin, la marca España es como aquello que decían las madres (al menos antaño, cuando se podía decir que no a los niños y niñas): “¡Uy! ¿De marca? Mira hija, las cosas que no son de marca cuestan mucho menos y al final duran más”. 

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