Un viernes especialmente tranquilo. Así ha amanecido la capital onubense este 13 de mayo, como lo hace cada viernes de Rocío. El motivo, el vacío que han dejado tras su partida las dos hermandades de la capital: Emigrantes y Huelva.
La primera ya descansa en la aldea. Tras una salida muy deslucida por la lluvia, que apenas dio tregua, y con cambios en el segundo día de camino que retrasaron la llegada, al filo de la madrugada del jueves al viernes Emigrantes llegaba a la aldea, en caravana junto a otras hermandades y por el camino conocido como del Pepìno, por el que transitan las hermandades de Lucena del Puerto y Bonares.
Por su parte, la Hermandad de Huelva, la más populosa de las filiales, ha iniciado bien temprano este viernes su segundo día de camino, también con cambios. A primera hora partían desde la Matilla, donde ha sido la pernocta, pero debido a lo inaccesible del camino de Moguer, se han desviado por la carretera de Bodegones hasta la pista del merendero. De ahí, irán rumbo a la aldea de El Rocío por el barrio de las Gallinas, uno de los momentos más especiales de Huelva.
La hermandad ha informado de que se habilitarán abrevaderos para los animales durante el camino y no se realizará parada de suelta, recomendando el aprovisionamiento en el merendero.
Está siendo un camino inusual el de 2016, pero la aldea cada vez está más cerca, y el contador está a punto de llegar a cero para ver a la Blanca Paloma salir de su santuario.
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