Pienso, luego estorbo

Altura de miras

Otra semana más, continúa el bochornoso espectáculo de los golpistas catalanes. La campaña electoral ya ha comenzado y el independentismo está hecho...

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Otra semana más, continúa el bochornoso espectáculo de los golpistas catalanes. La campaña electoral ya ha comenzado y el independentismo está hecho unos zorros: Puigdemont fugado y acobardado, dice buscar ahora el encaje de Cataluña en España, con su PDeCat, el del 3 %, en serio peligro de extinción, como el lince; Mari Carmen de España jurando la Constitución y renegando procesalmente de su independentismo; los comunistas de Esquerra lamentándose de que aún no están preparados para la independencia; los de la CUP preparándose para unas elecciones ilegítimas convocadas por el opresor Estado extranjero español, el mismo que les dará miles y miles de euros a sus diputados/as y a su grupo parlamentario, para así continuar sin darle un palo al agua; la Ada Colau, la que nunca iba a entrar en política y ahora no la echan ni los GEOS, se ha peleado con los socialistas, los mismos que la pusieron donde está, y Pablo Iglesias descendiendo en escaños y despidiendo al Dante Fachín, otro comunista argentino de sus filas. Nos los mandan a puñados para que los hagamos diputados y vivan aquí del cuento, como Echeniche. Así, esta pandilla de indeseables han conseguido que Cataluña esté padeciendo una auténtica tragedia, dando lugar a que las empresas se marchen de Cataluña para no volver, que el PIB catalán esté en caída libre, que la venta de coches e inmuebles haya caído más de 10 puntos respecto al resto de España y a que se haya fracturado la sociedad catalana, con huelgas políticas, fundamentalmente realizadas por estudiantes, no trabajadores, que encima no quieren ni examinarse de los exámenes parciales. El retorno a la estabilidad y a la normalidad institucional no va a ser fácil. Se han roto demasiados vínculos y valores comunes en la sociedad catalana. Lo que se ha perdido tardará años en recuperarse.


Ahora más que nunca sería necesario que los partidos constitucionalistas, PP, PSOE y C`s, así como los nacionalistas moderados que respetan la legalidad - que los hay -, fueran capaces de converger en un proyecto político que fijase como objetivo el retorno a la Constitución, al Estatuto y a la estabilidad de un Gobierno que se dedicara a gobernar y a solucionar realmente los problemas de la gente, como el paro, la sanidad, la educación, la hipoteca, etc. y dejarse de intereses partidistas cortoplacistas de políticos mediocres. Es el momento de la unión, de la altura de miras para converger, y de hacer frente conjuntamente a este desafío golpista, ahora que ellos están divididos.

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