Pienso, luego estorbo

Charlatán

La semana pasada estuvo en Jaén el todavía presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, para impartir una charla y criticar, como anteriormente...

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La semana pasada estuvo en Jaén el todavía presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, para impartir una charla y criticar, como anteriormente había hecho Podemos, la donación de 320.000.000 € de la Fundación Amancio Ortega (Zara) para la renovación de los equipos de diagnóstico y tratamiento del cáncer en los hospitales públicos españoles. La estupidez de la crítica fue de este tenor: “Nuestra sanidad no puede depender de cuántos pantalones o faldas venda Zara”. Resulta curioso que lo diga precisamente en Jaén, en Andalucía, donde la gestión socialista de la sanidad pública ha provocado el levantamiento de multitudinarias manifestaciones contra los recortes y las fusiones hospitalarias. Andalucía está a la cabeza de los recortes sanitarios en España, siendo la región que más plazas formativas y de médicos ha perdido: 771 puestos perdidos, según CCOO. Además, Andalucía es la autonomía con el menor presupuesto sanitario por habitante, ya que tan sólo gasta 1.007 € por persona, una cantidad muy alejada de la media nacional, 1.232 €, y más distante aún de los 1.584 € que invierte el País Vasco, quien más destina a la sanidad pública, según el CES. Sr. Fernández, el desabastecimiento de medicamentos genéricos es habitual en Andalucía, gracias a las subastas de medicamentos que Vds. realizan. Según datos que maneja la Asociación de Farmacéuticos de Andalucía (AFARAN), de los 10.000 medicamentos recogidos en el vademécum español, el sistema de subasta andaluz tan sólo permite el acceso a 400, de los cuales el 46 % aproximadamente tiene problemas habituales de abastecimiento. El Centro de Información sobre el Suministro de Medicamentos (CISMED) viene registrando episodios recurrentes de desabastecimiento en las farmacias de Andalucía, de medicamentos tan comunes como ibuprofeno, paracetamol, omeprazol o amoxicilina. Los laboratorios que tienen la exclusiva de la Junta socialista desde 2012 son, entre otros, Auribindo, la eslovena Krka, la india Ranbaxy, Vir o Bluefish. El Defensor del Pueblo ha pedido explicaciones a la Consejería de Salud sobre la calidad de los fármacos incluidos en las subastas y ha cuestionado este modelo por suponer un menoscabo al principio de igualdad. Sr. Fernández, mientras haya políticos como Vd., demagogos y charlatanes, seguiremos necesitando personas, empresas y ONGs que cubran aquello que Vds., por su ineptitud, no son capaces. Millones de españoles estamos encantadísimos con las donaciones de estos “zaratrones”, al ser conscientes del mejor tratamiento que la donación puede conseguir, puesto que con las nuevas máquinas se puede regular mucho mejor la intensidad y el foco de la irradiación, reduciendo así los efectos adversos de la radioterapia. Las redes han sido un clamor,: “Yo si acepto las donaciones de Amancio Ortega al sistema sanitario español”, “¡Qué sorpresa. Las máquinas eran para detectar el cáncer y resulta que, además, están detectando gilipollas”.  Y no olvide, Sr. Fernández, que el Sr. Amancio Ortega podía haber elegido no hacer la donación.

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