Dice nuestra Constitución en su artículo 14 que “Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza…”). Lo que antes podría ser para muchos andaluces un privilegio, ahora se ha convertido en una losa que hace que, cada día, se repudien más herencias, ante la falta de liquidez y el elevado impuesto de sucesiones y donaciones andaluz. Solamente en Jaén, se han rechazado 449 herencias en el año 2016, 464 en 2015 y 384 en 2014. En Andalucía, las renuncias en 2016 superan la cifra de 7.000, un 18,12% más con respecto a los dos años anteriores. Uno de los motivos que impiden que muchos herederos puedan disfrutar de la herencia de sus padres o de un ser querido es la carga de pagar este tributo, bien con dinero, bien con bienes catalogados, aunque esta última posibilidad tan solo está al alcance de aristócratas o grandes empresarios. ¿Igualdad ante la Ley? Tururú. Existen grandes diferencias en los tributos cedidos por el Estado a las autonomías, lo que ha provocado importantes desajustes en la presión fiscal que sufrimos los ciudadanos en función de dónde estemos empadronados. Por ejemplo, un canario de 30 años, soltero y sin hijos que recibe de su padre una herencia de 800.000 € tiene que pagar 134 € de impuesto de sucesiones, mientras que un andaluz tiene que desembolsar la cifra de 164.049 €. En Andalucía, por un piso valorado en 300.000 €, se paga 54.000 €, mientras que en Madrid serían 540 €.
Y en el plano internacional se constata que el impuesto de sucesiones español se ha convertido en uno de los que más “castiga” las herencias de padres a hijos. En numerosos países, se ha eliminado este impuesto injusto (como, por ejemplo, en Suecia, Canadá, Austria, Estonia, México, Hungría, y un largo etc.), o bien no alcanza el 4 % (en Italia) o el 7 % (en Portugal y Suiza). Ya quedan pocos estados con una presión fiscal semejante a la de Andalucía. Se estima que muchos andaluces han cambiado su domicilio fiscal a Madrid para eludir el pago del impuesto. Yo conozco personalmente unos cuántos que han optado por este éxodo fiscal, y ya formalmente viven en Madrid, cuando la realidad es distinta. Sinceramente creo que lo que Andalucía está perdiendo con la fuga de patrimonios a otras Comunidades es muy superior a lo que se recauda por este injusto y arbitrario impuesto. Muchos andaluces no han podido recibir de sus padres, después de toda una vida trabajando para poder dejar una pequeña herencia, un pequeño patrimonio, porque no tenían dinero para pagar dicho impuesto. Somos los que más impuestos pagamos y eso tiene que cambiar, así es muy difícil crear riqueza.
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