Pienso, luego estorbo

“Manolo, cómeme el coño...”

La política del show o el show de la política. El ejemplo del nuevo inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump, está cundiendo entre nuestros políticos de...

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La política del show o el show de la política. El ejemplo del nuevo inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump, está cundiendo entre nuestros políticos de Podemos. En el pleno de investidura del pasado mes de octubre, los diputados de Podemos montaron el numerito abandonando el Congreso de los Diputados, después de haberse liado a mamporros en sus escaños, para mostrar con ruido su desaprobación, y después de haber llamado “delincuentes” al resto de los diputados. Muy fina tienen la piel para lo que quieren estos chicos. La Solemne Apertura de la XII Legislatura ha estado de nuevo protagonizada por el show de los diputados de Podemos. Desde camisetas reivindicativas hasta banderas republicanas con los colores que no son. Todo vale para los que se autodenominan abanderados de la nueva política. Los señores diputados neocomunistas, ni siquiera por respeto al protocolo y solemnidad del Acto, no se levantaron cuando sonó el himno de España, puesto que dicen no sentirse representados ni por el himno ni por la bandera de España. Eso sí, para ir a final de mes a cobrar de la caja del Congreso entre 5.000 y 7.000 € sí se sienten muy españoles ¿Por qué cobran y trabajan por y para un país que odian y que no les representa?


Antes de acudir al acto de apertura de la Legislatura, el jefe de Podemos participó en una concentración en Madrid, alardeando del desplante al Rey y manifestando: “Nosotros estamos aquí para hacer cosas importantes en política, que otros se vuelvan locos y les entusiasmen los actos protocolarios lo respetamos..” Sin duda, se refería, entre otros, al festival Keroxen de música podemita celebrado en Tenerife hace unos días, subvencionado por el Gobierno de Canarias, ejemplo del arte contemporáneo del neoprogresismo actual. Una mujer se subió al escenario, sin bragas, para repetir melódicamente, durante más de una hora y para deleite de los progres entendidos allí presentes: “Manolo cómeme el coño”. Poesía y deleite sensorial (aconsejo que lo visionen en Youtube). Este tipo de actos se incluyen dentro de “las cosas importantes en política” a las que se refería el jefe de Podemos, como también lo han sido profanar la capilla católica de la Complutense de Madrid, reírse de las víctimas de ETA, del genocidio judío…etc., o subvencionar espectáculos de títeres con dinero público donde se ahorcan jueces, se violan monjas y se matan policías. Eso sí, todo ello en aras a contribuir y fomentar el ejercicio del derecho a la libertad de expresión. El suyo claro. Surrealismo en estado puro.

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