Pienso, luego estorbo

Eso es verdad... pero no se puede decir

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Algunas veces he comentado en público el motivo que me impulsó a lanzarme en su día a la política municipal y hace unos años al difícil ruedo de la opinión a través de la columna periodística. Hace años, en conversaciones con amigos, tras exponer algún argumento solía escuchar la misma respuesta: "eso es verdad... pero no se puede decir". ¿Puede existir algo más absurdo me preguntaba? Vivimos en una sociedad donde sólo la mentira, la consigna, lo políticamente correcto puede pregonarse públicamente, aunque se esté pensando lo contrario. Pocas veces la cruda verdad. ¿Por qué mucha gente que tienen la obligación moral de actuar como conciencia crítica de la sociedad, guarda silencio? ¿Cuál es el temor que mantiene atado y amordazado a casi todo el mundo? Basta con escuchar a políticos, periodistas, funcionarios, ciudadanos… en conversaciones privadas y luego escuchar o leer  lo manifiestan en público sobre ese mismo asunto. Hagan la prueba con el tema de moda en Jaén, la deuda municipal. En privado todo el mundo me dice que hay que despedir al menos a 350-400 empleados públicos, eliminar Patronatos y Organismos Autónomos, cerrar OndaJaén, implantar la central única de compras, que sólo haya 7 concejales liberados, incrementar la paupérrima recaudación municipal, aumentar la efectividad en el control del pago de impuestos, y sobre todo rescatar la auténtica fuente de ingresos: el H2O…..¡Pero todo eso dilo tu Segovia.…! Muchos mantienen dos criterios contradictorios: el suyo privado, vergonzante, reservado para su interior, y el mayoritario, ése que garantiza la aceptación de otros, lo políticamente correcto, el bla, bla, bla, sin decir nada útil.


Y esto ya en los partidos políticos donde no prima ni el mérito ni la capacidad sino los favores y las relaciones personales, el miedo se multiplica. Decir la verdad, hablar abiertamente con honestidad, denunciar las injusticias, puede implicar perder favores, contactos, envidiables puestos o carguetes remunerados.


No permanezca nunca callado por miedo al qué dirán. Muéstrese siempre crítico, desconfíe de las argumentaciones falaces, especialmente si son repetidas incesantemente por la televisión. Manténgase firme, actúe de forma razonada y pierda el temor a lo que puedan pensar los demás. Y, sobre todo, no desaproveche la oportunidad de exponer sus argumentos con fundamentación y contundencia,  cuando oiga aquello de: "llevas razón y es cierto, pero no se puede decir".
Por eso este Blog de opinión que gentilmente me ofrece el diario VIVAJAEN se titula precisamente así: “Pienso, luego estorbo” una frase tomada de una viñeta del inigualable Forges.

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