Pienso, luego estorbo

“Tos por igual, ¡valientes!”

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Ya estamos en Semana Santa, la Semana Santa de Jaén. Para mí, la mejor, la única. En 56 años no me he movido de mi Jaén para no perderme nunca un detalle. Siempre igual, siempre distinto. Y como todo en esta vida, la Semana Santa también evoluciona. Sin embargo, se trata de una evolución que me está causando tristeza, porque veo cómo cada día se pierden más las costumbres semanasanteras de Jaén e irrumpen otras copiadas miméticamente con mucha fuerza, hasta el punto de convertirse en habituales. Pues no consigo acostumbrarme a lo que estoy viendo, y lo peor es que no solo no me da igual, sino que me molesta y casi desagrada.


Ahora, unos días antes de la Semana Santa, se hace la igualá (la  medición de los costaleros, vamos) y la distribución de las papeletas de sitio, algunas previo pago, y, unos días después, el retranqueo de los tronos y ya allí comienza el espectáculo, la primera levantá:"vamos valientes tos por igual ar cielo con ella", expresión que luego se repite con mucha más fuerza en la Carrera a la altura de la Pilarica, cuando el capataz con su traje gris marengo impecable, quien seguramente ha nacido y se ha criado en la Alcantarilla, en San Ildefonso o en el Paseo de la Estación, dice a los costaleros: "Venga miarma, vámonos tos por igual valientes, sois los mejores, al cielo con Él, a esta es....". Y, detrás del Cristo, los fornidos costaleros suplentes con su costal preparado para entrar a las trabajaderas y llevar al Cristo de costero a costero cuando les toque hacer la próxima chicotá, acompañado todo ello del Trompeterio.


¿Por qué este deseo desmedido de copiar miméticamente? ¿Dónde quedó el recogimiento y la sencillez de nuestras procesiones de siempre? ¿Acaso es más importante el afán de protagonismo en la calle y el ostentar que el cumplir la estación de penitencia? ¿Hemos olvidado el sentido y significado de las procesiones?


Lo siento, pero yo no me acostumbro a este nuevo “espectáculo social”. Yo he sido Prominente de Jesús, durante 20 años, y de otras muchas cofradías, y todo este folclore y exhibicionismo no era necesario para dignificar la estación de penitencia de las extraordinarias Cofradías que existen en Jaén, las mejores.


No obstante, me tranquiliza y reconforta, de momento, ver a nuestra Centuria de Soldaos Romanos protegiéndonos de los Armaos  por las calles de Jaén.


Jaén y su Semana Santa es tan bonita que no es necesario el tener que copiar, como se ha hecho de forma mimética, formas y costumbres de otros territorios que para nada engrandecen algo  que de siempre ha sido muy grande para muchas generaciones de jaeneros, y que así se nos ha  trasmitido de generación en generación por nuestros antepasados, con cariño y sobre todo con mucha devoción.


¡Os dejo que voy a comprar los hornazos, las magdalenas, los ochíos y el bacalao, antes de que nos lo cambien por las tejas y las tortillitas de camarones, que también están muy ricas!

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