La novena provincia

A las seis en punto de la tarde

Yo creía que conciliar era conciliar el sueño y dormir bien, o poner de acuerdo a dos contrarios para evitar pleitos. Pero es terminar de trabajar a las seis.

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A LAS SEIS EN PUNTO DE LA TARDE
  Yo creía que conciliar era conciliar el sueño y dormir bien, o poner de acuerdo a dos contrarios a fin de evitar pleitos. Pues no,  resulta que conciliar es terminar de trabajar a las 6 de la tarde.
  Eran las seis en punto de la tarde cuando Manolo, feliz porque iba a tener varias  horas para hacer lo que le diera la gana, salía de su trabajo. – Me voy a tomar un buen café mientras leo el Facebook en el móvil-Se dijo.  Marchó a su cafetería de siempre y en la que desayunaba a media mañana. Estaba cerrada. También la de enfrente. Desolado, preguntó a un conocido el porqué de estos cierres. ¿Es que no te has enterado?, España se paraliza a las seis de la tarde por Decreto. Desde las seis hasta la hora de dormir es tiempo para la conciliación -, le dijo el conocido. Pero si yo no tengo que conciliarme con nadie, yo lo que quiero es tomarme un café y ver mi facebook –dijo Manolo. El otro se encogió de hombros.
  Eran las seis en punto de la tarde. La mujer, sentada en el sofá,  sintió como los dolores del parto le arañaban su vientre.  Cogió el teléfono y llamó a un taxi; una voz metálica le contestó: nuestro horario es desde las siete de la mañana a las seis de la tarde. Llamó a urgencias del hospital. Una voz más metálica le contestó: para consulta marque 1,  para cita marque 2 etc. hasta que llegó a: si es para parto debe saber que a partir de las seis de la tarde, por Decreto, ni usted ni nadie puede ponerse de parto.
  Faltaban  minutos para las seis de la tarde.  Felipe llamó a su novia. –Quedamos en la Plaza Alta en 45 minutos- De acuerdo.
Una hora y media  tardó en llegar a la puerta del Casino. Su novia venía, todavía por la Palma. – Lo siento, no hay ni taxis ni autobuses, he venido andando. Igual que yo, dijo Felipe. Vamos a tomarnos un café, pero comprobaron que las tres cafeterías de la Plaza Alta estaban cerradas. Cabreado Felipe, llamó a la Policía Local. Silencio absoluto del móvil. Miró la pantalla y vio un aviso que decía: A partir de las seis por Decreto, Movistar está fuera de cobertura en toda España. Eran las 18,05 horas.
  Eran las seis en punto de la tarde. La familia, matrimonio y dos hijos, acababan de llegar al pueblo de los abuelos. Entraron en casa y no había nada  en el frigorífico ni en el congelador. – Sin problema, iré a la tienda de la esquina, dijo la madre. Cinco minutos después la madre volvía diciendo  que ni bares ni restaurantes estaban abiertos. Llamaron a una pizzería. Una voz metálica le dijo que su horario terminaba a las 18 horas por Decreto y que en tal dirección había una pizzería de autoservicio exterior. Desolación absoluta porque la máquina expendedora de pizzas lucía un aviso luminoso que decía: AGOTADAS LAS EXISTENCIAS. Al llegar a casa empezaron los reproches en el matrimonio. El mayor de los niños, diez años, se dirigió a sus padres: - “Por qué estáis discutiendo, ya tenéis lo que siempre habéis querido tener”. Los padres, sorprendidos, preguntaron: ¿a qué te refieres, niño? - A LA CONCILIACIÓN.
Algeciras a 23 de diciembre de 2016
Patricio González

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