La novena provincia

Herido de muerte

El 1 de octubre quedará en los anales del socialismo español como la fecha en la que dos facciones se enfrentaron por el control del partido y lo pagó el PSOE

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HERIDO DE MUERTE

  El 1 de octubre de 2016 quedará en los anales del socialismo español como la fecha en la que dos facciones se enfrentaron por el control del partido y la factura la pagó el PSOE (y sus votantes). Cada uno elige cómo quiere morir y los socialistas, arrastrados por un Sánchez decidido a “morir matando”, se inclinaron por el suicidio colectivo.

  El partido que gobernó durante 21 de los 39 años de democracia, ha quedado herido de muerte para muchos años.

  Pedro Sánchez se estrenó en el cargo proclamando que sería  “El Secretario General de la unidad” y ha terminado actuando como un okupa, utilizando las peores tretas y añagazas que se imparten en la escuela del peor socialismo. Y Susana Díaz, que no puede hacer abstracción de su responsabilidad en la elección de Sánchez ni en sus desavenencias posteriores, se postula ahora para “coser” cuando se ha hartado de descoser. Y, para empeorar todo, se ha pasado de lo político a lo personal  y esto, , entorpece  sobremanera  la búsqueda de la paz.

  La continuidad de Sánchez, después de  seis derrotas electorales consecutivas, abocaba al PSOE a acabar con una representación parlamentaria de  cincuenta diputados. Pero la forma en que se ha desarrollado la guerra y el contexto político, resucitan el fantasma griego.

  Susana Díaz que tuvo que remangarse en la primera línea de combate, tampoco va a salir totalmente indemne  de todo este lío porque Pablo Iglesias  está al acecho para intentar ponerle la lápida al PSOE. Y ha tenido para ello la inestimable ayuda de un Sánchez que ha podemizado al PSOE con un discurso  totalmente falaz porque nadie ha puesto nunca en cuestión la celebración de las primarias.

  La democracia no se limita a “una persona, un voto”, sino que  tiene que incorporar también el respeto a unos procedimientos, unas reglas de juego y unas instancias de deliberación y control; y porque si los militantes socialistas pueden elegir a su secretario general por voto directo no es por mérito suyo, sino de quien las exigió en 2014 que no fue otro que Eduardo Madina.

  Ahora toca recomponer los pedazos rotos.  Casi nada el trabajito. Del acierto  en la composición y funcionamiento de la gestora que regirá el partido hasta que se produzca el Congreso Extraordinario , va a depender en gran medida el giro que puedan tomar los acontecimientos.

  En cualquier caso la herida es mortal de necesidad.
Algeciras a 3 de octubre de 2016

Patricio González

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