LA VENGANZA DEL MEDIOCRE
Aunque no es una ciencia, existen los sanchistas o los sanchólogos, analistas especializados en la interpretación de Pedro Sánchez, español adulto de 44 años, el fenómeno que quiso presidir España con 90 escaños y que ahora sigue dando la vara ya con cinco plumas menos.
Pero detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer. Los sanchólogos cuentan que para entender la poderosa mente de Sánchez hay que tener en cuenta la de Gómez Fernández (María Begoña, bilbaína criada en León). Sánchez y Gómez son vecinos de Pozuelo y se casaron hace diez años. Los casó Trinidad Jiménez(Hoy felizmente colocada por su Partido) y tuvo lugar en el Ayuntamiento de Madrid, porque nuestro Sánchez es ateo, al igual que el gran Zapatero, otro importante pensador de referencia. Y tiene su lógica porque Sánchez no puede concebir que exista un ser superior a él.
Cuentan los sanchólogos que él mismo se dice «Pedro, tú tienes que ser presidente». Lo que si es cierto, es que Sánchez ha convertido su «no» a Rajoy en un asunto personal. El odio asoma en cada comparecencia. Simple y llanamente, a Mega Pedro le asquea que un sesentón de Pontevedra, que carece de su percha apolínea y su verbo chuleta, le haya propinado dos repasos en las urnas por libre voluntad de los españoles. El resultado: morritos, argumentos infantiloides y «no es no».
Lo que dijo ayer Sánchez, apremiando a Rajoy a formar una mayoría de Gobierno que incluya a Convergència, es una solemne estupidez. Resulta imperdonable que en un momento en que Convergència está inmersa en un desafío golpista contra España, el líder de la oposición, secretario general de un partido constitucionalista, que es además el que más tiempo ha gobernado la nación, abogue por que se dé cancha a los separatistas y se niegue a facilitar con su abstención que el partido más votado pueda dotar por fin de un Gobierno al país.
Incurre además Sánchez en un segundo error: su muro entre derecha e izquierda, que lo lleva a situar al PSOE más cerca de Podemos que del PP y a cercar a los populares con un cordón sanitario.
No, admirable señor Sánchez: Page, Fernández, Susana, Vara… y el grueso de los votantes del PSOE -en especial los millones que se han apeado, hartos de su empanada federal y su mala cabeza- se parecen mucho más a Feijóo, Soraya o Alfonso Alonso que a Iglesias, Errejón y Monedero. Pero usted nunca lo va a asumir porque lo carcome el rencor tras haber constatado por dos veces que el electorado lo detesta y porque carece del más elemental patriotismo para poner los intereses del país por encima de su ego. Por eso, ya que no tiene la mínima dignidad de irse a casa tras dos derrotas de récord, elecciones ya, por favor. Y que lo echen los españoles.
Algeciras a 10 de agosto de 2016
Patricio González
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