La novena provincia

No vale con los minutos de silencio

Las condolencias después de cada masacre del Estado Islámico en Europa hay que entenderlas como lo que son: la reacción sincera de muchos ciudadanos que alzan su voz contra la barbarie y muestran su dolor y solidaridad con las victimas. Pero cuando se marchitan las flores y se apagan las velas, no s

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NO VALE CON LOS MINUTOS DE SILENCIO

  Que todos hacemos en las puertas de las instituciones o esos ramos que depositamos, o esos protocolos de condolencias que se llevan a cabo después de cada atentado. Ahí se olvidan las diferencias, son muy emotivos y con grandes discursos, banderas a media asta en todas las ciudades, velas encendidas,  y gritos solidarios de “Todos somos…. Y le añadimos la ciudad donde se ha llevado a cabo la matanza”. En este tipo de cosas somos todos a una, los mejores.

  Pero, tristemente, como decía Holland, estamos en guerra porque el Estado Islámico no es un grupo terrorista más y es lo primero que tenemos que reconocer, el auténtico problema real al que nos enfrentamos. Y con el Estado Islámico está ocurriendo que estamos minusvalorando el problema, de ahí esa tendencia de todos a llamarlo “Daesh” en vez de Estado Islámico y así no le concedemos la categoría y la capacidad de lo que es de verdad, un  Estado. Pero este es un Estado cuyo objetivo es conquistar territorios y someterlos a la dictadura del fanatismo islámico. Y el terrorismo es, en este caso, su estrategia de guerra. Estamos ante el mayor desafío de la Humanidad desde la Segunda Guerra Mundial.

¿¿¿No dice Francia que las masacres del Estado Islámico en Europa constituyen una auténtica declaración de guerra???. Pues que los parlamentos de toda Europa lo reconozcan así y se impulse la unidad de acción, de estrategias y de inteligencia, policiales y militares, políticas y sociales, sin la que jamás se doblegará al Estado Islámico.

  El ‘protocolo de condolencias’ que sucede a cada ataque salvaje del Estado Islámico hay que entenderlo como lo que es, la reacción sincera de muchos ciudadanos que quieren alzar su voz contra la barbarie y mostrar su dolor y su solidaridad con las víctimas. Son lo que son: un pésame social. Pero sucede que cuando se marchitan las flores y se apagan las velas y, al cabo de unos días, se limpian las aceras, no se puede pretender recuperar la normalidad como si nada hubiera pasado.

  Estamos en guerra contra el Estado Islámico y lo primero que debemos saber es que esta guerra, si la ganamos, va a durar muchos años. Así que comencemos por el principio, declaración de guerra formal que empiece por dejar en evidencia a tanto imbécil como surge, sobre todo en España, con los eufemismos y las disculpas del terror, como si se tratara de una culpa compartida. El retraso invita a un peligro mayor.
Algeciras a 26 de marzo de 2016
Patricio González
 

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