La novena provincia

Silencios cómplices

Acaba de conmemorarse el Día contra la violencia de género. Concentraciones,minutos de silencio, zapatos rojos en las calles, actos en colegios y.....se acabó. Ya no hacemos nada más.

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SILENCIOS CÓMPLICES

  Acaba de conmemorarse el Día contra la violencia de género. Ha habido concentraciones, minutos de silencio, zapatos rojos en las calles, actos en colegios y …… se acabó.

  Cuarenta y ocho mujeres han muerto en lo que va de año como consecuencia de la violencia de género. Y eso que no se porqué motivos nunca se cuentan las muertes colaterales, las víctimas colaterales como niños, abuelas o amigas que acompañaban a la víctima. Estas víctimas colaterales, por lo visto, no cuentan para las estadísticas……porque, al final, desgraciadamente, se queda en eso, en una estadística y nosotros todos, aliviamos nuestras conciencias con una concentración, un minuto de silencio o una vigilia en silencio por las muertes.

  Y cuando de produce una nueva muerte o un asesinato que es como realmente hay que llamarlo, volvemos a hacer lo mismo, y ya nuestra conciencia se calma.

  Y no analizamos el porqué sigue ocurriendo esto. Y ocurre porque en la mayoría de las veces esas víctimas no han denunciado al agresor. Y no lo han hecho por miedo o por vergüenza, o porque siguen queriendo a ese agresor.

  Pero nosotros, los vecinos, los amigos, la gente del pueblo donde viven esas víctimas que saben, que tienen que saber que algo les ocurre porque las agresiones se ven en las caras, porque también se escucharán los gritos, porque también se puede denunciar pero preferimos no meternos en los temas de los demás, permanecemos en silencio. Son silencios cómplices de los agresores porque ello les permite seguir haciéndolo.

Luego están las que denuncian, las que piden órdenes de alejamiento y se les conceden pero que también mueren porque, al final, no hay medios para controlar esos alejamientos.

  Luego está el tener que ir a un Juzgado y tener que denunciar esas agresiones cuando podría haber otra forma de que las víctimas no tuviesen que pasar por ese segundo calvario del propio Juzgado.

  Luego están la propia educación y la formación en los valores desde pequeño  que también forman parte de este problema.

  En definitiva, somos cómplices silenciosos que sólo alzamos la voz el día que ocurre uno de esos asesinatos o el día en que se conmemora la lucha contra la violencia de género, pero esta lucha ha de ser diaria y en todos los sentidos. Y eso, no lo hacemos.
Algeciras a 29 de noviembre de 2015
Patricio González
 

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